Redacción-La Cámara Costarricense de la Industria Alimentaria (CACIA), manifiesta su enorme decepción frente a las declaraciones dadas por el Ministro de la Presidencia, Víctor Morales, donde manifiesta el respaldo a las medidas regulatorias impulsadas por diputados oficialistas; orientadas a prohibir el uso del plástico, y además, aplicar medidas fiscales que van entre el 10% y el 25% a una gran cantidad de artículos de uso y consumo de todos los ciudadanos.

“De ser aprobado un texto de ley con un planteamiento tan extremo, nos estaríamos devolviendo a épocas en que el productor nacional no podía garantizar la higiene del alimento, el alargamiento de su vida útil, los importantes avances en la seguridad alimentaria disponibilidad, conservación y acceso, y sobre todo, su menor costo. La revolución tecnológica que vino con el uso del plástico, permitió disminuir impactos ambientales, mediante la reducción de la deforestación, el menor desperdicio de agua y otros recursos naturales, uso racional de energía y la menor emisión de gases efecto invernadero”, indicó el Presidente de CACIA, Maurizio Musmanni.

Para los industriales de alimentos, ante un escenario hipotético de prohibición al uso de ciertos tipos de plástico, será imposible entregar a la población nacional para su consumo normal, 240.000 toneladas de arroz, 46.000 toneladas de frijoles, 18.000 toneladas de café o 15.000 toneladas de pastas alimenticias, solo por mencionar unos pocos ejemplos de afectación, cuyas implicaciones afectaría la producción, el comercio y el acceso de los consumidores.


LEA TAMBIÉN: Paola Vega culpa al PUSC y al PLN de debilitar el proyecto para combatir el uso del plástico


Igual les preocupa la incertidumbre que le causa a la industria, pues el material que se prohibiría es esencial en la cadena de abastecimiento de miles de insumos, materias primas, artículos de limpieza, etc., cuyos estándares no son garantizados por otro tipo de materiales.

Un planteamiento como el que propone el gobierno, de ponerle más impuestos a la población, asume que el consumidor, ante un incremento fuerte en el precio de un artículo, dejará de consumirlo. Este planteamiento está muy lejos de lograr el objetivo de reducir la contaminación por plástico y brindan  dos razones fundamentales:

  • El productor y el consumidor no tienen otra alternativa de material de empaque o envoltura de los artículos; por tanto, el efecto inmediato será de empobrecimiento de la población, quien además tendrá que seguir comprando los artículos de primera necesidad.
  • El encarecimiento de los bienes de consumo no garantiza que la población modificará su cultura y educación hacia las buenas prácticas de uso y desecho de los residuos sólidos o que las municipalidades, que actualmente tienen la responsabilidad del manejo de la basura, harán mejor su labor.