Minor Araya Salguero

Criminólogo – Exjefe OIJ


Muchos no recuerdan aquel caso tan terrible: El brutal homicidio de la niña Josebeth Retana Rojas, allá en Ticari de Horquetas de Sarapiqui.

Ese bello angelito de 8 años de edad, fue brutalmente asesinada un 5 de septiembre de 2005. Seis días después de su desaparición, su cuerpo fue hallado en el cauce de Quebrada Lajas. ¡Así fue, por Dios! Dentro de un saco de alimento para perros, ella estaba en posición fetal, su pantalón sin botón, su cierre (zipper) dañado y sin su calzoncito; fue bestialmente golpeada y lanzada al agua, aún con vida…

Según el medio La Teja «La autopsia descartó la violación, no hubo semen, pero sí aparecieron vellos púbicos, una muestra pequeña, y al menos dos de tres, salieron positivos en la prueba de ADN con respecto a Salamanca (el principal sospechoso)» (2018) ¿Pueden ustedes imaginar su sufrimiento…?

Lo peor, probablemente gracias – en gran parte – a nuestro Código Procesal Penal y lo que pareciera ser, una añeja y peculiar pendejera que por años, como una peste, se ha anidado en el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), este caso criminal sigue su lamentable camino, uno sin justicia pronta y cumplida.

Yo siempre lo he sospechado: Valor para enfrentar al fiero criminal, ha sobrado y sobra en el OIJ; no obstante, esa cualidad es escasa y casi imperceptible, cuando de enfrentar la ignorancia, la pusilanimidad, la injusticia y el error de otras instancias relacionadas (fiscales, jueces, magistrados y legisladores, entre otras) que, de una u otra forma, han obstaculizado, obstaculizan y obstaculizarán la ya, muy complicada por enmarañada labor de investigación criminal. 

¡Basta ya de emular a los «chifladitos» (¡Licenciado! ¡Gracias Licenciado!). Como bien me decía el Doctor José Daniel Hidalgo Murillo en 1994, en medio de una clase de Derecho Penal: «Decime José Daniel, no licenciado; ese es un problema que tienen ustedes (investigadores judiciales) le dicen licenciado a todo mundo, sin saber si aquellos realmente saben y se han ganado ese título…» ¡Basta ya de emular al avestruz! 

El investigador Judicial no debe subyugarse ante nadie; debe respetar a aquellos que le respetan, no callando y aguantando, más si enseñando, corrigiendo y llamando valiente y decididamente a corregir. Dejar que solo el avestruz esconda su cabeza, sería una buena opción para iniciar ese cambio requerido.

De no promoverse, con urgencia, cambios en los «libretos» que rigen la actuación de la Policía Judicial, sus mejores funcionarios, si, esos que «sacan» los mejores casos – los llamados «periodicazos» muy aclamados, por cierto, por algunas Cadenas de Mando – seguirán, innecesariamente, violando la Ley (solo el que realmente conoce de la materia, sabe a qué me refiero) y esto a toda luz, no es justo y si sobradamente riesgoso para, el sobresaliente investigador judicial (el verdadero pilar de esa noble institución).

El anterior, un sencillo pero directo artículo, motivado en el comentario (Redes Sociales; noviembre 19, 2019) del Licenciado Fernando Sánchez Chacón; un valiente – en todo sentido – exjefe del OIJ, un compañero a quien respeté y respeto por muchas de sus cualidades, personales y profesionales, vastamente demostradas tanto en la oficina judicial, como en las calles. Seguido, su valioso comentario:


«Ronald Moya, he leído el libro  La Niña Olvidada ( Josebeth  Retana Rojas)  escrito por el Licdo Ronald Moya Chacón.- El autor hace una Análisis Criminal del caso  tomando toda la información objetiva que disponible. y arriba a la ineludible conclusión de que el  autor de este crimen es el sospechoso Alexánder Salamanca Segura.-  Sin embargo  la  Constitución Política en sus artículos 37 y 39 contempla la llamada presunción de inocencia que lo cobija hasta que no se demuestre lo contrario por medio de sentencia firme sigue siendo inocente .- Aclarado este trascendental detalle seguimos adelante.- Lo primero el Organismo de Investigación Judicial se ideó y se creó para Josebeth.- El sistema de investigación criminal que opera en Sarapiquí bien puede tomar los casos que tenía al momento de ocurrir el homicidio de esta pequeña víctima y guardarlo en gavetas, para dedicarse al 100 a investigar este crimen. 

Con los  años nadie  se acordara de que se resolvió, sino que Josebeth no tuvo acceso a la Justicia pronta y cumplida a la que tiene  derecho como niña y como ser humano cobijada por la misma Constitución que nos rige, incluyendo a Salamanca.- Con la entrada en vigencia del Código Procesal Penal, hubo un cambio de paradigma en Costa Rica, se dejó de lado el viejo sistema mixto Inquisitivo-acusatorio y se pasó a uno de corte totalmente acusatorio.- Las funciones de los actores de este nuevo sistema a saber, Policías, Fiscales, Defensores, Actor Civil, demandado Civil, Jueces Penales, Jueces de Juicio, Jueces de Apelación y Sala Tercera de la Corte quedaron debidamente claros.- En la etapa  preliminar, o de investigación los Oficiales de Policía y los Fiscales, debían conformar un equipo bajo la figura de la Dirección Funcional. Así el rol preponderante lo llevaría el OIJ quien es el experto en Investigación Criminal, siendo Asesorado y dirigido jurídicamente por el Fiscal.- Las diligencias que requieran la intervención del Juez Penal para garantizar el equilibrio entre la Administración de Justicia y lo derechos de los administrados se dirigirán al Fiscal y este hará las solicitudes al Juez Penal quien las otorga cuando procedan.-  Se fijará la hipótesis del caso, se conformarán las fuerzas de tarea, se asignan labores de acuerdo a la planeación estratégica sustentada sobre la evidencia disponible.-  Conforme avance la investigación esta estrategia puede irse ajustando.-

Una vez terminada la investigación, se evalúa el grado de posibilidad de que el sospechoso (os) pueden tener responsabilidad penal y de ser así el Fiscal procede a hacer la Acusación.-  Del análisis que hace el autor del libro basado en la evidencia que obra en el expediente CREO SIN LUGAR  que había suficiente para llevar a Salamanca ante un Tribunal de Juicio donde bajo ,los principios de Juez Natural, inmediatez de la prueba y contradictorio se hubiese brindado la oportunidad a Josebeth de obtener Justicia.-

En este caso, tal como lo expone brillantemente el Autor todo el sistema quedó debiendo.-

Desde que empezaron los roces entre el Fiscal  y los Oficiales del OIJ, este debió de ser separado del caso.- Porque digo esto, pues simplemente  porque como se dijo en esa etapa la figura central del equipo es el Policía.-

Pero nada paso, El Director del OIJ de la época, no pudo resolver la disputa y desconozco si lo intento con el Fiscal General. 

Otros Personajes de la Fiscalia se arrogaron el caso, pero no aportaron nada, hasta que uno de ellos resolvió archivar. Leyendo esa pieza me convenzo que Salamanca no necesitaba Abogado Defensor. Esa pieza destruye sin misericordia la Teoría del caso. Le arrebató al Josebeth la oportunidad de que se debatiera abiertamente su muerte atroz.-

Conozco a los Oficiales que hicieron esta investigación, y me siendo orgulloso del trabajo que hicieron.- A los que entorpecieron y fortalecieron la impunidad, creo que algún  día en sueños Josebeth ha de visitarlos  para preguntarles  porque aún se siente  tan fría y solitaria dentro de ese saco.- De mi parte  y siguiendo la línea del autor, extraño que no se tenga un perfil psicológico del sospechoso, pues lo dice el colega Moya ni siquiera fue llevado a la Fiscalía para tomarle sus datos de identificación.-

Insto al autor  para que siga adelante y  continúe escribiendo sobre otros muchos ofendidos que también permanecen en el olvido. Y para la Corte Suprema de Justicia es hora de evaluar, detectar y replantear los aspectos del Código Procesal Penal que este momento favorecen estas situaciones.- Y al Director del OIJ, ya han pasado 45 años  desde la creación de esa entidad y aun no tenemos una nueva LEY ORGÁNICA.-

Señor Rónald Moya Chacón, gracias por  recordarnos nuestros pecados.-

Josebeth PERDÓN, por haber permitido que  tras de ofendida, agredida.».


Un historia criminal, sin duda alguna, muy triste pero más allá, desalentadora. 

Y, concuerdo totalmente con el Licenciado Sánchez; sé que nuestros investigadores judiciales, nuestros compañeros del OIJ de Sarapiquí, dieron en su esfuerzo investigativo algo más que alma, vida y corazón, ofrecieron razonamiento científico oportuno, para una objetiva resolución. Pero, para la desgracia de todo un país, esa encomiable dedicación de nuestros investigadores (verdaderos expertos en la materia) parece que, una vez más, toparon con espinosos obstáculos que, simplemente fomentan la odiosa y angustiosa impunidad.