Foto: Prensa La Liga.
  • Figueroa y su familia han recibido amenazas de muerte

Redacción – El defensor hondureño, Henry Figueroa, confiesa que su abuela está viva y que todo lo que ha pasado en un mal entendido.

En los últimos días, el catracho ha estado en el ojo del huracán, debido que su salida de Liga Deportiva Alajuelense estuvo llena de misterio y dudas.

Figueroa se sinceró con Diario Diez de Honduras, donde reveló que su abuela (Digna Salmerón) está saludable y que se dio por situaciones que se le escapan de las manos.

La novela entre el defensor y el León tienen un capítulo más. Tras la confirmación que Henry se fue de la institución luego de llegar a un acuerdo para rescindir su contrato.

La razón de su salida -según La Liga- se dio tras la ausencia del futbolista en la Gran Final Nacional por Apertura 2019 entre Alajuelense y Herediano.

Foto: Prensa La Liga.

Todo se dio luego del juego de vuelta de la final de la segunda ronda, donde se reveló que Digna Salmerón -abuela del jugador- había fallecido en Honduras.

Henry se dirigía a realizarse una prueba antidoping, pero en ese momento tuvo acceso a su celular, lo observó y se apartó del grupo.


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El futbolista se marchó a Honduras, tras recibir un permiso de dos días libres de parte de La Liga. Figueroa no cumplió y se tomó ocho días, por ello su adiós de La Liga.

A pesar de todo el show, el defensor reveló toda la verdad al periódico hondureño, que entrevistó al zaguero de 26 años.

«Todo se me fue de las manos y por eso tuve que tomar más días. Lo de mi abuela fue malentendido en un momento donde yo no podía sacar a la luz toda la verdad por la situación complicada que estoy pasando. 

Ella está bien, gracias a Dios y solo puedo decir que todo lo que estoy pasando no lo puedo ventilar por seguridad».

Foto: Agencia Imágenes en Costa Rica.

Figueroa afirma que en su regreso a Costa Rica tenía pensado jugar la Gran Final Nacional, pero emocionalmente estaba muerto.

«Cuando yo regreso a Costa Rica iba con la idea de jugar los dos partidos de la final pero emocionalmente yo estaba muerto. Yo hablé con el equipo.

Les dije que mi familia estaba recibiendo llamadas de amenazas, tomé la decisión de venir a Honduras y reunir a mi familia.

Hablé con el equipo y quiero aclarar que no me echan por que lo que se ha dicho. Fue un acuerdo mutuo porque yo tenía que venirme y ver que hago con mi familia».

El zaguero podría enfrentar una dura sanción, debido que la Comisión Antidopaje de la Fedefútbol le pidió un acta de defunción, la cual no tiene porque su abuela sigue viva.

El tiempo límite para presentar la misma era esta semana, pero ante lo sucedido el jugador podría enfrentar un fuerte proceso disciplinario.