Redacción- Los virus saltan de una especie a otra de manera continua, y esa ha sido precisamente la clave para la propagación del temido coronavirus desde un mercado en la ciudad china de Wuhan.

Convertido ya en un problema de salud pública “de importancia internacional”, desde los organismos oficiales se intenta informar sobre la forma adecuada de actuar ante el posible riesgo de contagio, pero sobre todo a proporcionar información veraz que evite no sólo que las personas tomen decisiones a partir de datos no veraces, sino que se comiencen a desarrollar actitudes cuando menos cuestionables por parte de la ciudadanía.

A pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido del riesgo, no han considerado necesario imponer restricciones en cuanto al tránsito de mercancías y personas.

Sin embargo, muchos consideran que por el simplemente hecho de ser chino (o parecerlo), ya hay riesgo de contagio.

Eso es precisamente lo que está sucediendo, y cada vez se pueden escuchar más testimonios de ciudadanos chinos o de origen chino que sufren actitudes racistas, a pesar de que llevan tiempo sin viajar al país o que ni siquiera lo han pisado en toda su vida al ser ciudadanos españoles desde su nacimiento.

Es por ello que la comunidad china ha decidido decir basta, y se han unido a las comunidades de otros países bajo el hashtag #NoSoyUnVirus para contar en redes sociales todos esos gestos racistas que han de soportar por el mero hecho de ser chinos, con muchos de ellos jóvenes que ni tan siquiera han pasado por China.

Hasta la Organización Internacional por los Derechos Humanos (UNHR) ha tenido que mandar un mensaje en contra de estas actitudes. Lo ha hecho a través de su cuenta en Twitter, pidiendo a la ciudadanía que no discrimine a la gente de origen asiático y fomente ese odio creciente.

Las autoridades chinas estiman que en todo el mundo podría haber más de 17.000 infectados por coronavirus, y continúan los trabajos para intentar contener y curar a los afectados.

Fuente lavanguardia.com