• Hechos ocurrieron en el 2017
  • Testigos narraron la violación

Redacción – El testigo ocular del caso de la perrita violada en Alajuelita, Pablo Campos, destacó frente a la sala de juicio que él escuchó al acusado, en la delegación policial, cuando pidió que no apartaran a la perra de él porque «es su novia».

«Cuando estábamos en la delegación, él dijo ‘no me la quiten, ella es mi novia’. (…) No recuerdo específicamente cómo dijo la primera parte, pero sí quiso decir ‘no se la lleven, ella es mi novia'», resaltó el testigo clave para este caso.

A eso de las 10:00 de la mañana inició el juicio contra el hombre de apellidos Rojas Araya y de 55 años, quien es sospechoso de dos delitos de violación en perjuicio de esta perrita zaguate color negro con crema llamada Ala.

Según la acusación y las declaraciones de los tres testigos, los hechos se dieron en octubre de 2017, cuando en apariencia lo observaron introduciendo su pene en el ano del animal en las inmediaciones del Centro Cristiano de Alabanza en Alajuelita.

«Él estaba penetrando a la perra vía anal. Se escuchaba a la perra gritando, los dos (él y la exnovia) colapsamos y fuimos a la delegación para que los policías intervinieran», explicó Campos.

Cuando los testigos lo vieron, él huyó con la perrita, que no podía mover sus patas traseras por las lesiones tras la violación.

En la segunda ocasión, las autoridades lo detuvieron.

«Él llega en la perrera, llega la perrita también y yo logré escuchar ‘no me la quiten, ella es mi novia’. A algunos oficiales les parece jocosa la situación y eso me enoja más a mí porque no tiene nada de chistoso, la perrita con costos podía dar un paso y tenía sangre en el ano», describió el joven que declaró esta mañana en el juicio.

En el artículo 279 bis del Código Penal dicta lo siguiente:

«Será sancionado con prisión de tres meses a un año, quien directamente o por interpósita persona realice alguna de las siguientes conductas: (…) b) Realice actos sexuales con animales. Por acto sexual se entenderá la relación sexual de una persona con un animal, es decir, actos de penetración por vía oral, anal o vaginal».

Ala actualmente vive en un refugio donde protegen a los animales que fueron brutalmente agredidos y que por esa misma razón no fueron puestos en adopción.

El juicio podría extenderse por dos días más, hasta que la jueza llegue a un veredicto luego de las declaraciones de ambas partes.

1 COMENTARIO

  1. Si le perra lo perdona, ustedes también.
    Quien en su sano juicio haría tal aberración?
    Tengan Piedad para el pobre desequilibrado que la vida lo ha llevado a tal extremo.

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