Redacción-Si una persona se recupera satisfactoriamente de la enfermedad del COVID-19, su organismo genera una inmunidad (resistencia).

Esta puede ser extraída del plasma de su sangre y ser usada para salvarle la vida a otras personas con cuadros agudos provocados por el virus SARS-COV-2.

La inmunidad es gracias a los anticuerpos o inmunoglobulinas que neutralizan dicho virus.

La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), el Instituto Clodomiro Picado de la Universidad de Costa Rica (ICP-UCR),  el Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (Inciensa),  y el Laboratorio Clínico y el Banco de Sangre de la Universidad de Costa Rica (LCBS-UCR), buscarán diseñar un medicamento.

En otras palabras, Costa Rica posee el potencial necesario en la generación de dicho tratamiento y la posibilidad de ponerlo a disposición de todo el país.

“Las pruebas de control de calidad de las preparaciones de inmunoglobulinas purificadas con la metodología desarrollada por el ICP-UCR ya han sido evaluadas. Los resultados han mostrado que cumplen con todos los estándares internacionales requeridos para estos medicamentos”, afirmó el Dr. Henning Jensen Pennington, rector de la UCR.

¿Cuál es el plan?

La CCSS recolectaría plasma de donadores que, después de haber sufrido la enfermedad del COVID-19, se encuentran recuperados.

El Inciensa y el LCBS-UCR harían los análisis necesarios para demostrar que ese plasma está libre del SARS-CoV-2 y otros patógenos importantes en medicina transfusional.

Con lo anterior logrado, el Instituto Clodomiro Picado de la UCR utilizaría su experiencia en la manufactura de antivenenos, para producir una preparación de anticuerpos purificados a partir del plasma.

Finalmente, la CCSS aplicaría el producto, con la esperanza de que la capacidad neutralizante de la preparación sea útil en el tratamiento de los pacientes que desarrollen cuadros severos.

“Todavía hay mucha tela que cortar. La posibilidad de que se llegue a concretar el proyecto requiere de los permisos del Ministerio de Salud, ya que no se trata de un procedimiento que el ICP haga normalmente. Además de los requisitos, también depende de que las personas que se hayan superado de la enfermedad accedan a donar su plasma”, enfatizó el Dr. Alberto Alape Girón, director del ICP-UCR.