• Hasta un cirujano pediátrico y varios veterinarios participaron del estudio del caso
  • Tiene apenas 1 mes de nacido

*Advertencia: imágenes fuertes al final del texto.

Redacción – Un perrito nació sin ano y fue dejado a su suerte, pero una mujer de gran corazón decidió rescatarlo y buscar fondos para una cirugía de emergencia. ¿La buena noticia? Ya fue operado y atendido por varios veterinarios que se unieron por vocación y se recupera exitosamente.

Este pequeño ahora se llama Milo, con apenas un mes de nacido, y se llena de amor a través de las redes sociales, pues ya es toda una figura viral por su conmovedora historia.

Fotos: Clínica Dr. Robert

Él fue rescatado por una mujer la semana anterior en Tucurrique de Cartago y, por cosas del destino, llegó hasta una veterinaria donde encontró ángeles para que sobreviviera.

El doctor Óscar Robert Escalante, hijo del reconocido doctor Óscar Robert Echandi, conversó con AMPrensa.com y contó todos los detalles de este proceso desde el día 1.

«Cuando nos enviaron la foto, se veía un perrito más maduro. (…) Cuando ingresó el sábado esa ‘pulguita’ de 700 gramos, con esos ojitos pidiendo ayuda, fue súper conmovedor. Mi papá y yo nos volvimos a ver y dijimos: ‘hay que ayudarlo. No lo podemos dejar así'», resaltó.

Según el doctor Robert Escalante, es un caso muy particular y no hay suficiente teoría al respecto.

«Una cliente nuestra vio el caso y nos lo trajo el sábado 4 de julio. Nosotros agarramos el caso, es bastante inusual. Lo que tiene es una atresia anal, pero un grado 3 que la literatura marca que es una atresia completa, sin ningún tipo de orificio, nunca se había visto», explicó.

Cuando llegó a la clínica veterinaria, Milo botaba excremento por la orina, lo que le causó una infección severa, y vomitaba frecuentemente. 

Luego de varios exámenes para comprobar que este pequeño cachorro soportaría el procedimiento, llegó el gran día.

Su primera cirugía fue el 9 de julio por el veterinario Robert Escalante y la doctora Tahianna Vargas, ambos cirujanos veterianos con mucha experiencia.

La noche anterior, los doctores Robert estudiaron mucho sobre el caso, leyeron y se instruyeron suficiente para poder realizar una cirugía exitosa.

Además, contaron con la colaboración de un cirujano pedriátrico del Hospital Nacional de Niños, quien los guió con diferentes consejos y les compartió literatura para el complicado procedimiento, pues en perros es muy poco común.

«Vamos a empezar con un tratamiento de acupuntura con estimulación en la zona para ver si logramos que el músculo empiece ‘a tomar vida’ para que logre tener un control de esfínteres moderado. Si no se logra en unos meses, podríamos pensar en una cirugía muy complicada, de la que hay muy poca literatura y se ha hecho muy poco, un trasplante de músculo. Se le remueve una parte del músculo, generalmente del cuádricep, y se le trasplanta a la zona», agregó el doctor Robert hijo.

Ahora Milo ya come, camina, llora para que lo «chineen» y toma agua como cualquier otro perrito con muchas ganas de vivir.

Cuando crezca, se le harían otros exámenes y más estudios a este perro para evaluar cuáles serán los procedimientos quirúrgicos que requiera, dependiendo de su condición y de cómo avance con el ano construido.

Por ende, esta «pulguita» -como le llaman sus doctores-, aún tendrá mucho por vivir en esta clínica veterinaria.