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Redacción- La complejidad para hacer negocios en Centroamérica está liderada por Nicaragua, el séptimo país del mundo en términos de complejidad global, seguido por Panamá y Costa Rica.

Según una encuesta realizada por TMF Group, compañía de contabilidad, nómina e internacionalización para empresas, Costa Rica es el tercer país más complejo de Centroamérica para hacer negocios.

El Índice Global de Complejidad Corporativa (GBCI) 2020, explora los factores que contribuyen al éxito o fracaso de los negocios internacionales en 77 países del mundo, y analiza tres áreas claves de las operaciones de negocios: el pago de impuestos y la contabilidad, la dificultad para contratar, despedir y administrar la nómina, y los aspectos relacionados con las regulaciones y sanciones.

El informe ubica a Costa Rica en la posición número 26, por detrás de Nicaragua (7) y Panamá (15), que se ubican en los primeros puestos del Ranking en relación a la complejidad para hacer negocios en la región centroamericana.


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Los motivos por lo que estos países hacen a la región altamente compleja son diferentes. Desde la necesidad de interactuar con distintas entidades gubernamentales para iniciar operaciones, hasta la necesidad de tener un representante legal residente para poder incorporar una compañía. La complejidad también se mantiene en las obligaciones que devienen para el procesamiento de la nómina de los empleados, así como las distintas obligaciones frente a las autoridades tributarias.

El informe revela que Costa Rica se encuentra entre las naciones donde más se tarda en gestionar el establecimiento de una empresa, y donde el proceso de constitución implica hasta 30 interacciones con varios organismos. Las empresas deben cumplir con los requisitos impuestos por el gobierno nacional, además de los requisitos locales o municipales ante múltiples autoridades, según la industria en la que operan.

Costa Rica, el país más innovador en América Latina

Si bien Costa Rica tiene muchos retos que enfrentar en relación a la complejidad para hacer negocios, el país continúa siendo una de las naciones latinoamericanas más atractivas para la IEDIED, con una economía y un ambiente político relativamente estables antes de la pandemia por la COVID-19.

Además, el Foro Económico Mundial lo ha clasificado como el país más innovador en América Latina, y el país con el mejor sistema educativo de la región.

“Algunas de esas complejidades, como la creación de un Registro de Transparencia y Beneficiarios Finales en Costa Rica añaden desafíos para iniciar operaciones en el país; sin embargo están alineadas con el compromiso del país a la aplicación de mejores prácticas de transparencia“, comentó Juan Carlos Rubio, Director General de TMF Mid-Américas.

En general, el clima de inversión de Costa Rica ha sido favorable durante muchos años. En consecuencia, ocupa el quinto lugar entre los países de América Latina por el número de empresas instaladas en zonas francas, con más de 360 compañías, en su mayoría de alta tecnología, que generan más de 118 mil empleos directos, de acuerdo con datos de la Coalición Costarricense de Iniciativas para el Desarrollo (CINDE).

En el caso de Latinoamérica, la complejidad para hacer negocios está liderada por Brasil, el segundo país del mundo en términos de complejidad global, seguido por Argentina, Bolivia, Nicaragua, Colombia y Ecuador.

De acuerdo con Rubio, “las empresas deben lidiar con las fuerzas globales y locales mientras se esfuerzan por tener éxito. Entre las tendencias generalizadas y en constante evolución, se encuentran el crecimiento acelerado de la tecnología y el enfoque en el cumplimiento transfronterizo. Las jurisdicciones individuales tienen formas muy particulares de hacer las cosas, que pueden resultar confusas y potencialmente costosas para los extranjeros”.

La internacionalización es más crucial que nunca. Sin duda, el énfasis en la unificación, la tecnología, la modernización y la simplificación serán los motores para volver a encarrilar la economía global después de la pandemia. Las empresas deben ser conscientes y actuar en respuesta a la complejidad de sus mercados.