Más de las tres cuartas partes de los refugiados nicaragüenses en Costa Rica pasan hambre

Desde la pandemia, solo comen solo una o dos veces al día

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El nicaragüense Manuel, y sus dos hijos, en su nuevo hogar en Costa Rica, donde viven como solicitantes de asilo. © ACNUR / Flavia Sanchez

Redacción-Más de las tres cuartas partes de los refugiados y solicitantes de asilo nicaragüenses en Costa Rica pasan hambre y comen solo una o dos veces al día como resultado del impacto socioeconómico de la pandemia de COVID-19.

Al ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, le preocupa que esto pueda generar retornos en condiciones adversas.

Antes de la pandemia, y gracias a las iniciativas de integración local efectivas en Costa Rica, solo el tres por ciento de los refugiados comía una vez al día o menos.

Ahora, esto se ha cuadruplicado hasta el 14 por ciento, según una evaluación humanitaria realizada por ACNUR en julio y agosto con el objetivo de ayudar a las autoridades costarricenses a atender las necesidades de más de 81.000 nicaragüenses que han buscado protección internacional en el país.

La mayoría de los refugiados y solicitantes de asilo nicaragüenses en el país, el 63 por ciento, informan que ahora comen solo dos comidas al día.

Las comunidades de acogida de refugiados se enfrentan a condiciones similares y la contracción económica en estos países hará que sea aún más difícil para los refugiados y las comunidades de acogida recuperarse.

Costa Rica acoge generosamente a casi el 80 por ciento de todos los refugiados y solicitantes de asilo de Nicaragua que han huido de las violaciones de derechos humanos y la persecución, rondando las 81.000 personas. Y se encuentra entre los diez países de todo el mundo que recibieron la mayor cantidad de solicitudes de asilo nuevas el año pasado, con unas 59.200.

Con una gran proporción de personas desplazadas por la fuerza en América Latina dependiendo de la economía informal, especialmente al inicio de su integración en las comunidades que las acogen, las medidas de cuarentena relacionadas con la COVID ahora están afectando los medios de vida y generando inseguridad alimentaria.

Solo el 59 por ciento de las familias refugiadas en Costa Rica informaron flujos de ingresos constantes relacionados con el trabajo a fines de julio, una disminución asombrosa del 93 por ciento en comparación con el período previo a la pandemia. Esto también deja a muchos en riesgo de ser desalojados y quedar sin un hogar. Una quinta parte de los refugiados nicaragüenses encuestados en Costa Rica dijeron que no saben dónde vivirán el próximo mes.

Las dificultades que enfrentan los refugiados y solicitantes de asilo nicaragüenses, incluyendo la pérdida de sus medios de vida, el desalojo y el hambre, también se han informado en otras partes de la región, incluyendo Panamá, Guatemala y México.

Para obtener una imagen más completa del desplazamiento forzado en Centroamérica y México, visite el sitio: https://data2.unhcr.org/en/situations/cam

Fuente acnur.org/es-mx