Foto: Prensa Saprissa.
  • Los de la península siguen sin ganar ni anotar en el presente torneo

Redacción- El Monstruo volvió a tener participación en el campeonato nacional y sumó su segunda victoria al derrotar por marcador de 1-0 al conjunto de Jicaral.

Los de la península presentaban un compacto planteamiento defensivo, con un sistema de cinco defensores, cuatro mediocampistas y solo un atacante.

Dibujo con el que el cuadro dirigido por José Giacone buscaba arrancar puntos en la visita a los tibaseños, que volvían a ver participación en el actual certamen.

Puesto que los morados no veían participación en el campeonato desde el pasado 15 de agosto, debido al aislamiento que tuvieron que cumplir por la afectación de la pandemia.

Aspecto que los hacía llegar al choque de esta noche totalmente sin ritmo, mientras que los jicaraleños con la necesidad de sumar su primera victoria del campeonato.

El Huracán de la Península inquietó al actual campeón nacional desde los primeros minutos, con sus salidas rápidas a los espacios de la zaga rival.

Lo que les permitió tener acciones claras por medio de su único atacante, Giovanni Clunie, quien desaprovechó los centros de sus compañeros.

Mientras que el Saprissa sí logró tener mayor contundencia y envió el balón al fondo de los cordeles al minuto 29 por medio de Johan Venegas.

El número 7 del Monstruo puso el único gol del compromiso gracias a un gran remate de cabeza que fue imposible de detener para el guardameta Kevin Briceño.

Gol que no generó mayor cambio en el planteamiento de los dos equipos, puesto que los dos equipos continuaron fieles a su idea de juego.

Pero en la segunda mitad el duelo entre morados y jicaraleños sí se vio modificado en el desarrollo de las acciones.


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Debido a que los comandados por Giacone soltaron poco a poco sus cerrojo defensivo, por lo que generaban más peligro en la zaga del Saprissa.

Además de que mostraban mayor criterio en medio campo para sostener la posesión del balón y elaborar jugadas de peligro.

No obstante, el marco de Aarón Cruz se mantuvo intacto hasta que llegó el pitazo final, pese a la insistencia ofensiva de los contrarios.