Redacción- Película “El Pájaro de fuego” relata la historia de un joven que lucha por alcanzar sus sueños.

El pasado mes de enero se estrenó la película costarricense, una coproducción entre Costa Rica, Chile y Estados Unidos, que retrata las vivencias de Tony, un joven que lucha por alcanzar sus sueños, a pesar de las adversidades que enfrenta en su vida. La filmación tuvo lugar en la comunidad costarricense de La Carpio, en San José.

Tony Martínez, protagonista del largometraje, es encarnado por Larry Olivas, un joven vecino de La Carpio.

El director chileno de la producción cinematográfica, César Caro Cruz, tras una colaboración, hace algunos años, pudo ver la vida dentro de La Carpio y cómo una historia, desde allí, se podía desarrollar en la gran pantalla.


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Caro mencionó que “inspirado en las historias que oí y en el coraje de estos jóvenes, me propuse mezclar el relato ficción con las historias personales de ellos y escribir un guion, teniendo a Larry en mente como el protagonista.

Después de terminar de escribir, tomé la decisión de hacer actuar a Larry Olivas, con el personaje de Tony Martínez y enseñarle lo que era actuar en una película de ficción. Su talento, más los ensayos que hicimos, me dieron la confianza de tomar la decisión de trabajar con él como protagonista”.

El joven costarricense, Larry Olivas, reconoce la importancia de este proceso, no solo como un crecimiento personal, también, como una forma de transmitir un mensaje positivo de cambio a la población joven.

Aunque las personas comentan que él es un ejemplo, Olivas lleva esto con mucho cuidado, ya que, reconoce que la película es un reflejo de la vida, y esta no es sencilla.

“Para sobrellevar adversidades, lo esencial es la familia”, así comentó el actor joven cuando se le preguntó sobre la forma para superar barreras en comunidades como La Carpio.

La película tuvo un proceso previo de consulta y acercamiento con la comunidad, de aproximadamente siete meses. Durante este tiempo, Drew Irwin, productor de la película, y el directo, César Caro, se concentraron en conocer el terreno y establecer lazos de amistad con las personas de la comunidad.

Tanto Larry Olivas como otros jóvenes, se interesaron en apoyar el proyecto cinematográfico desde sus espacios y conocimientos.

La producción contó, además, con el apoyo de la Fundación Humanitaria Costarricense, organización sin fines de lucro comprometida con el desarrollo de soluciones creativas y económicas a problemas sociales en Costa Rica, quienes prestaron sus espacios como centro de operaciones para el equipo.

El largometraje contó con apoyo económico del fondo para financiamiento de proyectos audiovisuales “El Fauno”, del Centro de Cine, institución del Ministerio de Cultura y Juventud.

Además, cuenta con una declaración de Interés Cultural por parte del Gobierno de la República, debido a su impacto en las comunidades donde se desarrolló la filmación.

La película está disponible actualmente en diferentes salas de cine del país.