Minor Araya Salguero
Criminólogo – Exjefe OIJ – Especialista SWAT


«Más de 100 policías participan de «cacería humana» en Sarapiquí» (Telenoticias). Así es, consideré parte del título de este artículo considerando el de tan prestigioso medio de comunicación. No es para menos, al escurridizo le superan más de 100 agentes de policía.

Con algún grado de razón, muchos han criticado aquel, el que parece un abultado despliegue de fuerza y no es para menos, la fuga se hace efectiva el 7 de marzo anterior; es decir, una semana y contando…


Josué Ortiz: «Ni al mismísimo rambo lo buscaban tantos policías» (CRhoy)


¡Qué va, Don Josué! Hasta al famoso John Rambo, por aquellas frías montañas, le rastrearon muchos miembros de varias policías así como, unos muy peculiares soldados de la Guardia Nacional de aquel bellísimo país. Hasta Ted Kotcheff tuvo el debido cuidado por el «¡Qué dirán!».

Se critica al Ministerio de Seguridad Pública (MSP) por lo que se considera, es «torta del OIJ». Lo cierto es que, es injusto hacer crítica a tan longeva y buena institución, la que nos previene del incansable e insaciable crimen, basados en aquel fundamento, uno – salvo mejor criterio – ayuno de objetividad policial. ¡Sigamos…!

Aquel 7 de marzo «Castro se fugó de las celdas del OIJ de Sarapiquí, donde estaba recluido a la espera de ser trasladado a una prisión» (AMPrensa) con alta probabilidad, los procedimientos policiales establecidos en materia de custodia y conducción de detenidos – como dicen los guatemaltecos – «se los pasaron por un tubo».

Sumamente importante resaltar que, al parecer, la disposición del área destinada a ducha o baño, en aquellas «viejas» instalaciones, no cumplía con los requisitos mínimos de aseguramiento. Don Walter Espinoza, director del OIJ, de manera franca señala que:

«El sujeto fue ingresado a la ducha y aprovechó que la estructura del edificio es relativamente vieja y relativamente inidónea para la contención de personas, para hacer una especie de fuga rápida y eso pues evidentemente fue lo que al final de cuentas detonó su salida del sitio» (AmeliaRueda)

Podría deducir que esa, hoy muy importante área de ducha, no se encuentra dentro del perímetro de aseguramiento esencial; es decir, en la celda. Quizá, los custodios facilitaron un baño de uso general y no especialmente diseñado para detenidos; lo que no es, para nada recomendable, especialmente para la supervivencia del agente custodio.

Por lo general, dentro del perímetro de celda, se ubica esa área de baño; una en donde, la posibilidad de escape es prácticamente inexistente. No hay, no existen objetos dispuestos para ser utilizados como armas contra los vigilantes y por supuesto, no hay ventana alguna que facilite siquiera, admirar el horizonte.

Así, muy probablemente, por necesidad humanitaria, los buenos custodios – hoy con graves problemas – ante la necesidad irrenunciable del ser humano, facilitan al detenido la única área sanitaria a disposición. No les dejan otra salida ya que, sospecho, el procedimiento de operación normal ya estaba, previamente, comprometido con el grave error.

Con esto, no dirijo critica al Agente Custodio; al contrario, me alegra muchísimo que ninguno de esos servidores judiciales, resultará herido por hacer lo que tenían, con las herramientas que les daban. Lo que el horrible y añejo procedimiento policial provocó, bien pudo ser el mayor de los males (la muerte de un buen servidor judicial, durante el proceso de fuga). A esos muchachos o muchachas custodias: Defiendan su condición y posición. Es justo y necesario.

Alrededor del encierro de aquel que hoy «enmontado» anda, La Nación señala que, según el OIJ «ingresó una solicitud de un juez penal y un defensor público para que Castro no fuera ingresado a ninguno de los Centros de Atención Institucional (CAI) del Complejo Occidente, en Alajuela, o Pococí”, y consignaban la peligrosidad de Castro como baja.». ¿baja peligrosidad..?

Asombra y, hasta perturba que existan indicios que apuntan a que, la conducta prevista del fácilmente fugado, se atrevieran calificar de «peligrosidad baja» cuando según AMPrensa «se le vincula con múltiples violaciones ocurridas en la misma zona en un corto periodo de tiempo que va de julio de 2020 a febrero de 2021».

Al cuasiquerubín se le está ligando con siete violaciones y no se descarta que puedan haber ocurrido otras más. ¡Qué barbaridad, parece que lo del «pobrecito» es algo contagioso en nuestro Sistema de Justicia Penal!

¡Ahora bien! No obstante, las penas y vergüenzas judiciales que, pudieran o no existir y persistir, una vez en la calle el escurridizo, el riesgo de comisión de delito se torna altamente incrementado y, es en este entorno en donde, la presencia de la fuerza policial preventiva no solo se requiere, se exige a efecto de proteger al ciudadano.

La presencia de la policía preventiva, es necesaria como exigido es, su buen desempeño. Una evaluación profesional del estado de la situación, ofrecerá tanto la cualidad, como la cantidad de los recursos necesarios a los objetivos trazados.


Álvaro Enrique Herra: «Hasta el Ministro Ministerio de Seguridad, metido, en lugar de dejar esto a oficiales. Protagonismo» (CRhoy)


¡Qué Don Álvaro, más directo! ¿Está equivocado, Don Álvaro…? No me atrevería a afirmar o negar tal cosa aunque, de las personas que se consideran amigos, siempre se espera lo correcto y cierto ¿o no…?

A veces, eso que conocemos como política, puede producir en las personas actitudes muy llamativas. Este respetuoso e intuitivo internauta si que me hace recordar a un director general del OIJ; esto por cuanto, muerto que había y ahí, el señor aparecía ¿Por qué…? Esa es otra historia…

Con todo lo anterior, el asunto no es fácil. Los antecedentes del sospechoso le hacen muy peligroso para cualquier persona, más aún, para las mujeres. Él es conocedor de la zona y esta es montañosa; es decir, no es un teatro de operación de fácil proceso.

Durante mas de una semana, de dos a tres pelotones (36 personas por pelotón) han  buscado al que gusta camuflarse; a pesar de estos números, de existir una correcta planificación, comunicación, ejecución y control, la operación de búsqueda y captura, es incuestionable desde el criterio técnico.

¿Recuerdan a los hermanos Tsarnaev (Tamerlan y Dzhokhar)? No importa, yo le hago recordar, estimado lector. Los Tsarnaev fueron terroristas, propiamente los responsables de tres muertes y varios heridos durante el maratón de Boston, abril 15, 2013.

Estos dos criminales, según Los Angeles Times, entre el 15 y el 19 de abril, promovieron y desataron «Una persecución sin precedentes para Dzhokhar se produjo el 19 de abril, con miles de agentes de la ley registrando un área de 20 cuadras de Watertown». «Miles» El recurso policial, bien organizado, equipado y motivado, es esencial a efecto de proteger y evitar daños mayores.

De no alcanzar, la policía, su objetivo general, es definitivo: Las comunidades comprometidas por el área de afectación, serán, mayormente expuestas a la indeseable zozobra. Nadie quiere un depredador sexual a su alrededor.

No quiero ahondar en el evidente error; no obstante, si en sus costos. De momento, el costo es material, uno alto, debo presumir; no obstante, esperemos que no trascienda a costos menos deseados y se capture al que debe ser juzgado por sospechoso de delitos, ciertamente atroces.

Un artículo dedicado, con mucho respeto y admiración, a las policías, propiamente a las que dignamente sirven a la Policía Municipal de Cartago.