Redacción.   Los pescadores del Golfo de Nicoya empiezan a ver la cosecha de la maricultura, un ejemplo, es Michael Badilla que fue buzo, gran parte de su vida la dedicó a la pesca de extracción; sin embargo, la disminución del recurso pesquero debido a la sobreexplotación y la contaminación de nuestros mares, lo llevó a buscar una forma de ganarse la vida más sostenible con el ambiente.

La Universidad Nacional (UNA), junto con el Parque Marino y algunas instituciones como el Sistema de Banca para el Desarrollo, el Instituto Nacional de Aprendizaje, el Instituto Nacional de la Mujer, el Instituto Mixto de Ayuda Social y el Ministerio de Ambiente y Energía, entre otras, se han dado a la tarea de generar nuevas fuentes de empleo para el sector pesquero, que garanticen una mejor calidad de vida para los pobladores.

“Desde hace un par de décadas venidos desarrollando proyectos de acuacultura marina. Con el Parque Marino hemos trabajado especialmente con el pargo manchado, un cultivo que se realiza aquí en Paquera y que consiste en una granja marina con jaulas, donde se cultiva el pargo desde un gramo hasta que alcanza su talla comercial de 450 gramos. El objetivo es venderlo al sector turístico y eliminar así a los intermediarios, pues los beneficios son mayores», explicó Jonathan Chacón, académico e investigador de la UNA y el Parque Marino.

Tomando como base un proyecto piloto, el año anterior arrancó una iniciativa de cultivo de camarón en jaulas, con el mismo objetivo de desarrollar turismo complementario para optimizar los recursos y mejorar los ingresos de las familias.

Hemos tenido muy buenos rendimientos en las primeras pruebas de carácter comercial. Además, tenemos un proyecto realizado principalmente por mujeres, donde elaboran el alimento para el camarón con base a subproductos pesqueros, de esta manera se reducen los costos de producción y se genera más empleo en la zona”, dijo Chacón.

El proyecto de cultivo de camarón es desarrollado por Coopeacuicultores R.L de Isla Venado, quienes estiman producir anualmente unos 9 mil kilogramos de camarón de manera artesanal. Las jaulas están al lado de una plataforma flotante, habilitada para recibir turistas y brindarles alimentación.

“Nosotros decidimos realizar una actividad totalmente diferente, y ante la sobreexplotación del Golfo de Nicoya, recurrimos a opciones más amigables con el ambiente. Con la Universidad hemos recibido capacitaciones y nos hemos reunido para buscar alternativas más sostenibles tanto en la parte ambiental como social, y una de ellas ha sido la maricultura”, explicó Allan Barrios, gerente de Coopeacuicultores R.L.

Para Martín Parada, vicerrector de Extensión, en estos proyectos es indispensable el acompañamiento y seguimiento de manera continua por parte de la Universidad Nacional. “La asesoría técnica y capacitación permanente son parte de estos procesos de acompañamiento para que los pescadores se sientan acuerpados en la ejecución y en el mantenimiento de las iniciativas en procura de garantizar la producción, la inversión del proceso iniciado».

Quienes conforman Coopeacuicultores R.L le apuestan a que la próxima vez que usted visite el Golfo de Nicoya incluya también en su itinerario un viaje en lancha a Isla Venado o Paquera, donde además de comer unos ricos camarones al ajillo, un ceviche, o un delicioso pargo acompañado de limón, también apoye a los vecinos de la zona, quienes, a base de esfuerzo, buscan una mejor calidad de vida para sus familias.