• Fármacos contrabandeados ponen en riesgo la salud de eventuales consumidores.

Redacción-La Policía de Fronteras ha decomisado durante los primeros cinco meses del año al menos 26 millones de colones en fármacos contrabandeados desde Nicaragua.

Las incautaciones han tenido lugar, en su mayoría, durante la revisión de autobuses y automóviles, así como las pertenencias de nicaragüenses que han tratado de entrar al país por potreros, charrales y otros sitios no habilitados para el ingreso de personas y mercancías desde el vecino país.

Los cantones fronterizos en los que se ha registrado la mayor cantidad de decomisos son La Cruz y Los Chiles.

En en el caso de La Cruz, los oficiales fronterizos han interceptado cargamentos que suman unas 10.000 dosis de medicamentos, lo que podría tener un valor cercano a los 20 millones de colones.

Durante el más reciente decomiso de este tipo, el personal de la Policía de Fronteras destacado en La Cruz interceptó  la semana pasada un cargamento valorado en unos dos millones de colones.

Mientras tanto, en el también norteño cantón de Los Chiles, las incautaciones ascienden a aproximadamente 7.000 unidades cuyo valor podría rondar los seis millones de colones.

Usualmente los productos más contrabandeados, tanto en el norte, como en el sur del país, suelen ser antibióticos, analgésicos, multivitamínicos,  y antihistamínicos, entre otros productos farmacéuticos.

Ante la evidente violación a la legislación sanitaria, además de tributaria, los medicamentos son decomisados y entregados al Ministerio de Salud a fin de que sean desechados.

El comisario Eric Lacayo, director de la Policía de Fronteras, indicó que en el caso de los medicamentos, al igual que en el de los licores, quienes comercializan dichos productos en el país podrían poner en riesgo la vida de eventuales consumidores.

Ello debido a que, al ser introducidos a territorio costarricense al margen de las normativas del Ministerio de Salud y del Ministerio de Hacienda, podría darse una adulteración de los productos.

Lo anterior en razón de que nadie garantiza que el contenido de los envases corresponda realmente a lo que dice el etiquetado.

Además, los fármacos requieren condiciones especiales para su transporte y, en estos casos, no existe ningún control en las condiciones ambientales en que los productos son transportados de un país a otro.

En el caso de los antibióticos, su comercialización en territorio costarricense está sujeta a prescripción médica, por lo cual su venta de manera ilegal es sumamente peligrosa para la vida de quienes los consuman sin supervisión profesional.