Redacción- Cultivo de café en Tarrazú permite que Costa Rica reduzca gases de Efecto Invernadero hasta en un 75%.

A través de la pulpa de café se pueden hacer enormes aportes en la reducción de los gases de Efecto Invernadero que afectan al mundo entero. Que lo diga Coopetarrazú, cooperativa dedicada a la producción y comercialización de café en suelo nacional y que, además, es el beneficio de café más grande del país.


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La cooperativa ha logrado impulsar, desde hace un tiempo, una novedosa iniciativa con la que ha buscado aprovechar los beneficios que la tierra le provee en cada una de sus cosechas.

Por medio de la pulpa de café, la cooperativa produce abono orgánico, con el cual, a su vez, reduce las emisiones de gases hasta en un 75%. Gracias a los tratamientos desarrollados, se ha pasado de obtener 129 g CH4/kg de pulpa a 20 g CH4/kg. Además, se ha mejorado la eficiencia del proceso en un 38%.

El abono orgánico es entregado a los cerca de 5 mil cafetaleros asociados a la cooperativa para que además de mejorar sus cultivos, estos trabajen de la mano de la conservación del ambiente.

“Tenemos tres años de trabajar, el proyecto nació de un estudio donde se había determinado que las emisiones de gases de efecto invernadero estaban concentradas en la pulpa de café.

Entonces, la Cooperativa tomó la decisión de invertir en una investigación enfocada en mejorar el proceso de compostaje para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y entregar un abono orgánico a los asociados para el mejoramiento de los cultivos”, contó Jimmy Porras, Gerente de Investigación e Innovación de Coopetarrazú.

Gracias a estos años de investigación, la cooperativa ha logrado aplicar dos tratamientos específicos, con los cuales ha comprobado un aumento en la cantidad de nutrientes contenidos en los cultivos en los que se aplica el abono.

Este proyecto se encuentra alineado al Plan Nacional de Descarbonización de Costa Rica, la estrategia Nacional de Bioeconomía y el Plan Nacional de Compostaje y se ha logrado desarrollar gracias al apoyo de la universidad alemana Stuttgart, en la cual se han realizado distintas pruebas de laboratorio.