Hospital de Niños es declarado primera «Zona Libre de Castigo Físico y Trato Humillante»

Destacan que el castigo solo sirve para controlar pero no para educar

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Foto: Presidencia.

Redacción-El Hospital Nacional de Niños Dr. Carlos Sáenz Herrera, es la primera ‘Zona Libre de Castigo Físico y Trato Humillante’ de Costa Rica; declarado así para la protección de todas las niñas y los niños que lo visitan.

Esta declaración es fruto del trabajo conjunto de la Fundación para el Desarrollo del Hospital Nacional de Niños con la Fundación PANIAMOR, y el apoyo de MSD, quienes unieron esfuerzos ante la alerta de una mayor aplicación de esta forma violenta de crianza, debido al estrés y ansiedad causados por el confinamiento por la Pandemia por Covid-19.

La declaración del Hospital como Zona Libre de Castigo Físico y Trato Humillante es acompañada por la instalación de una campaña informativa acerca de Crianza Respetuosa, desprendida de investigaciones y publicaciones previas de PANIAMOR, en las que ha sido capacitado el personal del centro médico.

El castigo físico y el trato humillante son métodos utilizados para controlar, corregir o educar a las niñas y los niños, que aunque no dejen una marca visible, sí dejan un recuerdo doloroso, según se indica en el material de la campaña.

 “Gracias a todas las organizaciones y personas que se han unido hoy para instaurar en nuestro hospital la primera Zona libre de castigo físico y trato humillante en Costa Rica, éste es solo el inicio de un proyecto que pretende trasformar al país entero en una nación de respeto y paz para los niños, niñas y adolescentes”, mencionó la Dra. Olga Arguedas, Directora del Hospital Nacional de Niños.

En el caso de Costa Rica, la campaña del Hospital Nacional de Niños y PANIAMOR busca dotar de herramientas a las madres, los padres, y las personas con roles de cuido para una crianza centrada en las niñas y los niños, y su dignidad como personas. Estos materiales informativos están disponibles en el sitio www.zonalibredecastigofisico.com

“El castigo físico y el trato humillante hacia las niñas y los niños, son formas de violencia no identificadas como tales por las personas que tienen a su cargo su cuidado; quienes las utilizan muchas veces con la mejor intención, con el afán de educar, porque nacieron y crecieron en tiempos y contextos donde se utilizaban sin saber lo que los estudios nos muestran ahora sobre el daño que produce en su bienestar y bien progresar. Ahora sabemos que el castigo sirve para controlar pero no para educar. Las niñas y los niños golpeados o humillados obedecen por miedo, no porque hayan entendido que la conducta que se reprime no es la correcta. Sabemos también que esto afecta su dignidad como personas… También reconocer desde lo ético, que a las personas no se les pega, que las niñas y los niños son personas y, por tanto, que a las niñas y a los niños no se les pega por ninguna razón. Ningún niño, ninguna niña, ninguna persona adolescente puede aprender a convivir en paz si crece bajo estrés y bajo temor”, explicó Milena Grillo, de la Fundación PANIAMOR.