• Asmáticos deben evitar exponerse a polen, ácaros y polvo

Redacción – El asma es una enfermedad respiratoria que afecta a millones de personas alrededor del mundo, pero su tratamiento es esencial para evitar futuras crisis y alcanzar una mejor calidad de vida en cada paciente.

El tratamiento tiene dos objetivos a largo plazo:

  • El primero, lograr un buen control de los síntomas y mantener niveles normales de actividad.
  • Minimizar el riesgo futuro de crisis, limitación del flujo de aire y efectos secundarios de la medicación utilizada.

El médico tratante debe recetarle un antiinflamatorio controlador adecuado para cada paciente y esto se suma de la mano con la participación activa de él para mejorar su calidad de vida.

El asma es considerada una enfermedad crónica relacionada con la inflamación de las vías respiratorias y su prevalencia mundial es de 339 millones de personas, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Se estima que, en Latinoamérica, un 18% de las personas podrían padecer de esta enfermedad.

«La terapia antiinflamatoria con corticoides inhalados en asma apunta a prevenir la aparición de síntomas y crisis de la enfermedad. Va en línea con el concepto médico filosófico de prevenir», afirma el gerente médico respiratorio de GSK en la región, Jerónimo Espinosa.


LEA TAMBIÉN: Salud analiza aprobación de la FDA para vacunar a niños de 12 años en adelante


Los síntomas de esta enfermedad respiratoria pueden manifestarse reiteradas veces en un solo día y pueden empeorar cuando el asmático realiza actividad física o por la noche.

Debido a ello, los expertos recomiendan estar en constante tratamiento y seguimiento para evitar limitaciones en las actividades diarias.

Además, si se interviene de forma terapéutica y temprana con corticoides inhalados, se puede prevenir el desarrollo de obstrucción irreversible de las vías respiratorias.

Aunado al tratamiento, los expertos recomiendan que los asmáticos no estén expuestos a ácaros, polen, contaminación del aire y otros similares.

Aunque la tasa de mortalidad del asma es bastante baja en comparación con otras enfermedades, la falta de un tratamiento adecuado puede generar secuelas graves.