Redacción- Siembra de café Robusta impulsa nuevas oportunidades laborales y reactivación económica en zonas vulnerables.

Nuevas oportunidades de trabajo y empleo en zonas marginales, ese es uno de los mayores beneficios que permitiría la reactivación de la siembra de café Robusta en Costa Rica.

La práctica que se prohibió en el país en el año 1998 por medio de un decreto ejecutivo por razones fitosanitarias, más en el 2018 las autoridades respectivas levantan la orden.

En un plazo de quince años, se proyecta la incorporación de aproximadamente dos mil cuatrocientos productores, así como la generación de 2000 empleos directos permanentes; para la época de cosecha se estima que 10 mil personas serían empleadas en recolección, 1000 más en beneficiado y transporte.


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“La agricultura del café demanda trabajo tanto de profesionales y técnicos, como operativos y mano de obra de campo y recolección, además de los trabajos que derivan de la activación económica de las regiones, el proceso industrial, encadenamientos resultantes y familias productoras incorporadas”, comentó Enrique Carvajal, vocero de la Cámara Nacional de Cafetaleros.

Las zonas aptas para cultivo de robusta son Upala, San Carlos, Pacífico Central, Sarapiquí y las llanuras de Guanacaste, mismas que no compiten con la producción de café arábico, ya que estas se siembran en alturas superiores a los 900 metros sobre el nivel del mar, y no es una opción para estas regiones por sus requerimientos agroclimáticos.

Estas áreas son también, privilegiadas por contar con amplios terrenos en desuso con potencial para la caficultura de Robusta, que se conoce por ser un dinamizador de las economías rurales.

“Las regiones con potencial para la siembra de café robusta coinciden con zonas con índice de desarrollo humano más bajos del país. Esta es la especie que mayor incremento en la demanda ha tenido en los últimos 40 años”, dio a conocer por su parte el Ing. Juan Diego Araya, vocero de la Cámara de Exportadores de Café.

Para su cultivo, deben establecerse parcelas de experimentación para probar diferentes variedades de robusta y desarrollar el conocimiento para luego interesar y capacitar a grupos de productores en regiones factibles con enfoque a calidad y diferenciación que dé el máximo valor agregado y  productividad, recomendaron representantes del sector cafetalero nacional, impulsores del proyecto, entre ellos, la Cámara de Exportadores de Café, la Cámara de Tostadores y la Cámara Nacional de Cafetaleros.

Por su parte, los productores nacionales se verían beneficiados con una demanda mundial organizada y un mercado en el cual Costa Rica tiene camino recorrido y reconocimiento mundial.

La siembra de café es una actividad regulada e impulsada a través del Instituto del Café (ICAFE), que garantiza un precio mínimo para el productor de acuerdo con las condiciones del mercado, cosa que no ocurre con otros productos.

Existe vasta experiencia en el financiamiento a nivel país que puede ser utilizada para apoyar los emprendimientos en café.

Es importante mencionar que un 60% del café que se consume a nivel mundial, es de la especie arábica, y el 40%, la especia Robusta.