• La afectación genera una caída en el comercio, más desempleo, baja la colocación de créditos y, por ende, hay una lentitud para iniciar la recuperación económica

EDITORIAL. La pandemia global a raíz del Covid 19 -aunado a un problema fiscal que el país tiene años de arrastrar- ha generado un estancamiento económico del cual, prácticamente, ninguna industria ha podido escapar.

Entre las industrias más golpeadas figura el sector inmobiliario. Ha tenido un fuerte golpe a causa del freno de nuevas inversiones, así como de proyectos vigentes.

En la industria se puede visualizar claramente este efecto temporal en los fondos de inversión inmobiliaria. Aquí se ha podido observar cómo prácticamente, todos los fondos han tenido un desplome superior al 50 por ciento en sus rendimientos.

Por ello, queda claro que las consecuencias de la crisis ha golpeado a todos los fondos con casi la misma proporción, ninguno se ha escapado.

Ante esta situación que inicia en 2020 y sus fuertes efectos en 2021, el daño económico al sector inmobiliario aumenta debido a que los fondos eran un factor que lo estimulaba con compras por casi 250 millones de dólares en el 2019, lo que agrava la crisis al tener al principal comprador limitado de inyección de nuevos capitales que estimulen el crecimiento.

Esto ya se ve reflejado en el Indice Mensual de Actividad Económica (IMAE), donde la mayoría de los sectores ha logrado un rebote en el 2021, a diferencia del sector construcción que continua con datos negativos, claro reflejo de que la recuperación esta muy lejana y ese efecto aumentó la crisis en el sector.

Ante esta compleja situación, en los fondos -que son factores estimulantes de la economía- quedan pendientes aún los planes de recuperación de clientes y de rendimientos de los inversionistas.

Además, el Gobierno debería generar condiciones favorables de estimulo para los fondos y visualizar concretamente que son como un factor de estimulación económica.

Toda esta situación que golpea al sector inmobiliario genera todo un encadenamiento negativo para la economía del país, pues su efecto dominó genera una caída en el comercio, hay más desempleo, baja la colocación de créditos y, por ende, hay una lentitud para iniciar la recuperación económica que todos necesitamos para salir adelante.