Minor Araya Salguero

Criminólogo – Exjefe OIJ – Especialista SWAT


Ayer, una retroexcavadora hace el honor de dar un, muy particular, buenos días a una de esas casas de habitación, una que muy probablemente ampara y protege, no precisamente al bien y al buen ciudadano costarricense.

¡Por supuesto! Llama la atención ese también, muy particular, método de brecheo/franqueo (procedimiento de ruptura de defensas estructurales), a decir verdad, raramente utilizado en materia de ejecución de allanamientos. ¿Porqué será…?

¿Puede utilizarse…? Claro que sí pero, quizá no en la forma que atestigua hoy esa zona, Los Llanos de Santa Lucía de Paraíso de Cartago. Me temo que el proceso de franqueo acá en entredicho, pudo haber sido objeto de exacerbación. Demos, como preámbulo, un vistazo al pasado; este contiene muchas respuestas, nos gusten estas o no…

El Servicio Policial de Intervención Inmediata (SPII), equipo de operaciones tácticas del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), ejecutó en marzo de 2007, una operación contra el narcotráfico en los Diques de Cartago en la que, en efecto, se utilizó como herramienta principal de brecheo, un vehículo también conocido como Backhoe (en inglés).

Aquél trabajo fue un rotundo éxito; las fuertes e incómodas defensas de una casa, que fuera transformada en búnker fueron, sencillamente pulverizadas en segundos, lo que permitió una rápida obtención de evidencia y la detención de uno de los más escurridizos traficantes que ha tenido la Vieja Metrópoli, «B».

Luego de varios fracasos en el tiempo – en esencia, los míos como estratega – debido a esa lectura que el intrépido maleante hace de sus experiencias, prioritariamente de los procedimientos policiales absurdos que en materia de narcotráfico, nuestro país ancestralmente practica, el resultado – en consecuencia – de la lectura policial obliga, entre otros, a ejercer mayor fuerza sobre las cosas; no obstante, mayor control operativo para alcanzar ese anhelado éxito, uno que dichosamente – tal cual se mencionó – fue finalmente alcanzado en 2007.

Evidentemente, aquel operativo policial en Los Diques de Cartago, fue planeado y ejecutado por especialistas en materia de Dominación de Edificios; profesionales que, dentro de su perspectiva funcional, siempre atienden, o tratan de atender, prioridades tácticas. Mencionemos dos:

1.- Prioridad de vida.

2.- Control del uso de la fuerza y la violencia.

Desde el criterio policial moderno, la prioridad de vida se extiende a otras personas, más allá del operador policial activo; en otras palabras, a personas inocentes e incluso – también, nos guste o no – al sospechoso de un crimen. Siendo consecuente, las Tácticas Policiales deben procurar la conservación de la integridad física de policías, inocentes y sospechosos.

Y, más allá de lo anterior, las operaciones policiales profesionales deben procurar, el daño material objetivamente necesario al alcance de objetivos. ¿Cuál es el objetivo normal, de un efecto de brecheo, en un allanamiento…?


Ofrecer, a través del rápido y objetivo vencimiento de los mecanismos de defensa que posea una estructura seleccionada, un acceso adecuado, al personal de entrada y registro que persigue la respectiva dominación del área requerida»


Las operaciones policiales que coloquen la integridad física de los agentes, personas inocentes y sospechosos en riesgo, objetivamente innecesario, y promueva daño material desproporcionado, podrían ser consideradas como, planteamientos técnicos sensiblemente defectuosos.

Sin duda alguna, ya mucho va quedando claro ¿cierto…? Vamos, no se detenga acá, siga… tal vez aprenda más de lo mucho que usted ya conoce sobre estos apasionantes temas.

Varios son los distintos métodos para hacer brecha y, el llamado Remoción 4×4 resulta ser el quid de este caso. Así es estimado lector, el asunto no es tan fácil de desenhebrar…

Este (método) convencionalmente consiste en el uso de vehículos de fuerte tracción con el objeto de desprender y arrastrar, con el apoyo de un punto de anclaje y fuerza de tracción extrema, las defensas que pueda tener una estructura.

Para usar este sistema, el personal debe estar debidamente entrenado y equipado de lo contrario, el riesgo de lesiones graves y muerte, puede ser muy alto. Personal policial operando sin casco de protección – por citar solo un ejemplo – resulta altamente reprochable al ubicar a la desgracia, no precisamente en vuelta de esquina, sino sobre cada cabeza participante.

Los operadores que practican el allanamiento deben, necesariamente, tener un dominio total de la herramienta (vehículo) y su engranaje dentro del planteamiento general de la operación. La comunicación y coordinación entre el personal de entrada y aquel responsable del brecheo vehicular, debe ser «alta, clara e ininterrumpida» de lo contrario, el remedio (herramienta de franqueo) puede convertirse en la peor amenaza del equipo táctico.

¿Tiene el OIJ experiencia en la aplicación del sistema de brecheo 4×4…? Por supuesto que sí y muchísima. Los resultados en su mayor número, sin duda alguna han sido exitosos; no obstante, otras experiencias han sido altamente vergonzosas y peor aún, con agentes judiciales heridos.

La mecánica del convencional método de Remoción 4×4 estriba en el desplazamiento de objetos con orientación de adentro, hacia afuera; por tanto, ese violento desplazamiento se orienta desde su posición natural, hacia la posición policial. Se hace notorio, cual es la parte (policial) con mayor posibilidad de recepción de impacto horizontal eventual, durante el proceso.

El uso que en esta operación, en cuestión, se le da al vehículo utilizado (Backhoe) como herramienta de brecha es, simplemente, diferente y no por esto inaplicable, a pesar del resultado.


«El método funcionó efectivamente y los agentes pudieron ingresar a la estructura; sin embargo, el sospechoso se alertó y huyó por los techos de las casas.» – AMPrensa


A través de fuertes impactos – embestidas – la herramienta (retroexcavadora) violentamente desplaza los elementos con orientación de afuera (posición natural), hacia adentro; es decir, hacia el área dominada por otras personas, evidentemente no policías. Con ambos mecanismos (convencional y no convencional) el colapso de estructuras, incluso internas, puede ser no sólo factible, es altamente previsible.

En este proceso de colisión, el apoyo por punto de anclaje, es inexistente. La fuerza se orienta hacia adentro, hacia las personas que se encuentran en el interior de la edificación, razón por la cual, un nivel más alto de control operativo, es imprescindible. Las personas objeto del operativo se pueden exponer, en mayor grado, al impacto horizontal y vertical producto del movimiento violento de los objetos. Tratamos, definitivamente, un esquema de alto riesgo.

El allanamiento de Los Llanos – según se puede apreciar en vídeo – podría ser calificado como uno con planteamientos técnicos sensiblemente defectuosos. La base del razonamiento, espero, ya sea de una clara percepción general; además, lo siguiente:

1.- Se percibe, una muy peligrosa ausencia de coordinación y comunicación de movimientos y desplazamientos, entre los elementos de brecha (personal que facilita un acceso) y entrada y registro (personal que aprovecha aquel acceso).

2.- Se percibe, una muy peligrosa ausencia de comunicación y coordinación, entre los operadores que componen el elemento responsable de la brecha. El operador de la principal herramienta (vehículo) parece ayuno del control operarivo necesario. Un no deseado circuito en la comunicación, se aprecia como evidente.

3.- Se percibe, un muy probable exceso en el uso de la fuerza sobre las cosas. Luego de crear un acceso adecuado en la estructura, uno que permite un ingreso al personal, imprudentemente o no, se persiste en hacer más extensivo el daño; uno adicional que a simple vista, se aprecia como innecesario y muy peligroso, dadas las circunstancias, siempre probables, de evacuación de emergencia. ¿Por donde evacuamos al personal, si nosotros mismos bloqueamos el punto de ingreso…? ¡Vaya controversia, que tragedia…!

4.- Se percibe, producto de un posible exceso de fuerza sobre las cosas – uno que aparenta provocar el colapso de estructuras internas – una exacerbación del riesgo hacia la integridad física de los agentes judiciales – que mal equipados, ya ingresaron al edificio – y, hacia otras personas.

Sin lugar a dudas, hoy podríamos lamentar la perdida de un valiente agente judicial o bien, de una persona inocente, quizá innecesariamente y, hasta con la asistencia de las muy conocidas amigas, negligencia e impericia ¿La razón? Muy posiblemente, la ignorancia; esta, es nuestro peor enemigo. ¿La verdadera mata policías…?

Este tipo de operaciones policiales – tal cual, en 1998, yo advertía a la entonces Directora General del OIJ, Lineth Saborio – deben, necesaria y responsablemente, ser llevadas a cabo por profesionales en el área de las Tácticas Policiales. Para ese entonces el SPII, actualmente el Servicio Especial de Respuesta Táctica (SERT). ¡Utilicen el recurso especializado!

El valor y gran determinación demostrada por estos distinguidos agentes de investigación cartagineses, no es suficiente; se requiere conocimiento, dedicación y equipo especializado. ¡Es visible! Se hace un vehemente pero muy respetuoso llamado de atención a la Dirección General del OIJ:

¡Ya es hora, se debe aprender de la experiencia; de los aciertos tanto, como de los errores cometidos en el tiempo!

Hoy, con la más grande admiración y también, con el mayor respeto, les insto a ustedes, mi querida Delegación Regional del OIJ de Cartago, a revisar exhaustivamente su operación, corregir y sobre todo, aprender de los errores y aciertos que realmente obtuvieron. Así, debe ser forjado su futuro personal y por ende, Institucional. ¡Todo policía debe regresar a casa, sano y salvo…!

Personalmente, prefiero un enojo actual por el criterio emitido y no lamentar la pérdida futura de un compañero, de un amigo, de un hermano de la Fuerza Policial.

1 COMENTARIO

  1. En el caso aludido, es evidente la improvisación y la total ausencia de equipo policial de protección, que en los casos en que existe y con la excepción del SERT, ha sido adquirido por los propios oficiales, excepto los chalecos blindados. Pasando al tema del operativo, la fuga temporal del sospechoso la atribuyo a dos elementos: falta de seguridad perimetral, y deficiente inteligencia sobre el terreno. El primero es elemental, el segundo es fudamental. Precisamente la total falta del segundo, ocasionó hace unos 20 años que dos de mis compañeros fueran heridos de bala, y uno estuvo a punto de morir. Espero que el operativo tema de esta opinión calificada de don Minor, sirva para introducir medidas de corrección y de instrucción, así como de equipamiento, que redunden en la seguridad de los oficiales, y en la buena prestación del servicio policial a la comunidad.

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