Rodolfo Hernández Gómez
Exdirector Hospital Nacional de Niños
Excandidato presidencial


La pandemia exacerbó las disparidades que ya existían en la educación,  y los cierres prolongados de las escuelas y colegios, podrían revertir los avances de las últimas décadas.

En los últimas 40 años  se ha venido marcando una diferencia entre la educación pública y la privada,  brecha que deja en total desventaja a  los estudiantes del sistema público,  evidenciado en los resultados de  las pruebas internacionales aplicadas en Costa Rica y de los exámenes de bachillerato, en las notas de  admisión a universidades públicas, en el conocimiento de las matemáticas, dominio de un segundo idioma y comprensión de lectura, entre otros.

Por eso, he hablado de la ruptura del pacto social que caracterizó a nuestro país desde los años cuarenta del siglo pasado, pacto de las garantías sociales que incluyó educación, salud y protección a los trabajadores, e insisto vehementemente, en la necesidad de restablecerlo y ampliarlo.

Debemos hacer un gran esfuerzo nacional para que la educación pública alcance las ventajas de la privada, y por qué no, que sea mejor. Las decisiones que tome el actual gobierno y los venideros, tendrán un efecto duradero, positivo o negativo, en el colectivo de estudiantes.

Arrastramos los efectos de una huelga, se suman 15 meses de pandemia, con aperturas fugaces de las aulas, clases virtuales, que no funcionan para los cerca de 325.000 alumnos sin conectividad ni equipos de cómputo.

La interrupción de las lecciones tendrá un efecto muy negativo principalmente en los alumnos más vulnerables, en las niñas y en aquellos que presentan alguna discapacidad, aumentando la deserción escolar y complicando aún más la situación económica de los padres. Realmente, una situación muy lamentable, pues han dicho los expertos que es la educación la herramienta que puede acabar con el ciclo de la pobreza, al darle un mejor futuro a los niños y jóvenes.

Claro, debemos ser conscientes de que se ha hecho un gran esfuerzo, la misma crisis ha estimulado la innovación en el sector educativo, la virtualidad y en algunos países la utilización de la radio y la televisión, son los mejores ejemplos. Recientemente, vi un reportaje de un profesor guatemalteco que convirtió su bicicleta en un aula móvil y va a la casa de sus alumnos a enseñarles.

Aquí tenemos un canal estatal, debemos explotarlo y usarlo como complemento educativo. Desde 1977, año de su fundación, la Universidad Estatal a Distancia, UNED, ha demostrado que los métodos innovadores son exitosos, debería el Ministerio de Educación sacar provecho de la experiencia acumulada en esa noble institución.

Se acerca el regreso a clases, y estoy absolutamente convencido de que no debe basarse en una fecha, sino en un proceso de preparación, en donde se dé prioridad a la comunidad educativa, protegiendo los derechos de los alumnos y poniendo en marcha las recomendaciones de la UNESCO en su campaña » Salvar nuestro futuro”.

¿Cómo hacerlo? Garantizando la seguridad de todos, teniendo en cada centro educativo agua potable, inodoros, jabón, servilletas, alcohol. Deben existir guías claras para los docentes a fin de reducir la transmisión del coronavirus. Indispensable, completar la vacunación en los docentes y alumnos mayores de 12 años de edad.

Insisto, ese regreso debe estar muy bien planificado, los docentes tienen necesidades y requieren apoyo, urge la conectividad, así como equipos de cómputo en lugares alejados. Hay que buscar donaciones de instituciones públicas y privadas que han renovado sus computadoras.  Y para ser inclusivos con los estudiantes especiales, deben crearse videos de enseñanza continúa en lenguaje LESCO y utilizarse mascarillas transparentes para lectura de labios, solo para citar dos ejemplos.  Muchas de estas acciones deberían estar implementadas ya, tras 15 meses de pandemia.

Cierro este artículo haciendo algunas recomendaciones al gobierno, en vista de la oportunidad histórica de poner orden: de una vez por todas lucha contra la evasión y elusión fiscal, revisión de los incentivos y los tratados fiscales, eficiencia en la utilización de los recursos y combate de los desperdicios o desviaciones, prioridad a las innovaciones que impacten en las ineficiencias e inclusión de una vez por todas del Derecho a la Conectividad.

Acciones que beneficiarán al país entero, a la educación, a los estudiantes. No olvidemos que, la educación es un derecho humano innegable, la piedra angular de las sociedades justas, igualitarias e inclusivas.