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Redacción- Expulsan a una mujer de un restaurante por amamantar a su bebé y le solicitan no volver al local.

Aaron y Ruby Meeden viven en Anacortes al noroeste de Estados Unidos y la semana pasada fueron a cenar con su hijo recién nacido y durante la velada no salió como esperaban por los malos modos del dueño del negocio.


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Mientras esperaban la comida, Rhett un bebé de apenas 4 días, comenzó a llorar, por lo que su madre decidió amamantarlo allí mismo.

Después de 30 minutos esperando sin éxito, el dueño del establecimiento se acercó hasta su mesa y, sin mediar explicación, les pidió «de malos modos» que se fueran.

 «Llamó mocosos a nuestros hijos y dijo que nunca volviéramos a amamantarlos allí. Calificó a mi esposa de animal», dijo Aaron a medios internacionales.

Las leyes del estado de Washington recogen «el derecho de una madre a amamantar a su hijo en cualquier lugar público, alojamiento, reunión o lugar de entretenimiento» y, si no se permite, está considerado como discriminación.

Ruby no entiende que el dueño del restaurante echara a toda su familia por su decisión de amamantar a su hijo: «Fue asqueroso».