Foto: Prensa Alajuelense.
  • Albert Rudé debutó en juegos de este tipo, mientras Mauricio Wright se mantiene invicto en los mismos

Redacción- La Liga y Saprissa protagonizaron un Clásico Nacional de pesadilla este sábado previo a Halloween con un enorme empate a cero goles en el Morera Soto.

Los morados saltaron al terreno de juego con una línea de cinco defensores con el objetivo de lograr tener mayor control sobre el poderío ofensivo del León.

Mientras que el técnico español Albert Rudé apostó por una alineación con futbolistas jóvenes y dejando a los más experimentados en el banquillo.

Apuesta que le permitió a cada equipo tener cierto control de las acciones a su respectiva manera, los erizos tenían la posesión del balón y los tibaseños parecían no sufrir en defensa.

Panorama que terminó dejando unos primeros 45 minutos con escasas emociones en ambas mitades del terreno de juego.

En gran parte porque los bloques defensivos tenían bien controladas las piezas ofensivas de sus respectivos rivales.

Dinámica que se prolongó en la segunda mitad del encuentro, con dos equipos que se mostraban cautelosos y con mucho respeto hacia lo que podía hacer el oponente.

Con lo que al minuto 59 los directores técnicos comenzaron a mover sus fichas con el objetivo de darle otro aire al Clásico Nacional.

La primera modificación vino por parte de Rudé, quien decidió remplazar a Barlos Sequeira y Bernald Alfaro por Carlos Mora y Celso Borges respectivamente.

Sin embargo; Mauricio Wright no se quedó atrás y un minuto después sacó del terreno de juego a Sergio Céspedes y Orlando Sinclair, con lo que le dio espacio a Yostin Salinas y Daniel Colindres.

Esos cambios terminaron siendo hombre por hombre y sin realmente no ajustando los sistemas de juego que hasta el momento estaba dejando un duelo apagado.

Partido que siguió con la misma dinámica de cambios por parte de ambos cuerpos técnicos sin realmente meter en problemas y causarle peligro al contrario.

La excepción a la regla fue en el minuto 77 del tiempo acumulado, cuando Carlos Mora tuvo un mano a mano ante el guardameta Aaron Cruz.

Quien salió a achicarle el ángulo de remate de gran forma consiguiendo que su portería se mantuviera en cero desviando el esférico al tiro de esquina.