Minor Araya Salguero

Criminólogo – Exjefe OIJ – Especialista SWAT


Según la página Brujas Feministas CR, el pasado jueves 17, en el Colegio Vocacional Monseñor Sanabria, se vulneró el Derecho a la Educación de varias estudiantes. Se afirma que, el Director abusó de su poder al violar el sentido de racionalidad al poner, incluso, bajo riesgo a las muchachas al no permitir su ingreso al centro educativo en cuestión.

Con mencionar que al parecer, hasta la Fuerza Pública, con tanto rollo y embrollo propio y criminal en el país, se hizo presente a efecto de facilitar la entrada al edificio, de las señaladas como, de falda comprometida.

 «Tuvo que intervenir la policía para que dejaran a las estudiantes ingresar.»

«No las dejaron entrar por el largo de la enagua, el color de pelo y por las uñas pintadas.».

Quizá usted estará de acuerdo conmigo, quizás no cuando afirmo que, la disciplina y el orden, son aspectos respetables, deseables y, hasta exigibles en todo proceso, incluyendo por supuesto, el muy importante proceso de educación de nuestros jóvenes.

No obstante lo anterior y, suponiendo que el Ministerio de Educación Pública (MEP) realmente cuente con Procedimientos de Operación Normales (PON) aptos por correctos en forma, fondo y tiempo, lo que por imagen y narración se hace apreciar, se podría situar entre la ingenuidad y el exhibicionismo improvisado. Por supuesto, no me refiero a las entusiastas jóvenes que, muy probablemente, lo que las mueve, es su deseo y alegría por volver a las aulas, aprender y compartir con sus compañeros de estudio.

La forma. Saben, a uno le pueden fuertemente ofender de palabra; no obstante, dependiendo de la forma en la que, el que ofende lo hace, uno ni cuenta se da y, hasta la mano ofrecerá…

Es correcto hacer cumplir los reglamentos, siendo el quid del asunto, el cómo hacerlos cumplir. De seguro, ese colegio no se asemeja un ápice, a unas barracas de entrenamiento militar o policial (policial de verdad) en donde, el adoctrinamiento necesariamente hace espacio a la exposición disciplinaria y con esto, a la necesaria ejemplaridad.

Así, esta abrupta forma de administrar el más preciado futuro de nuestro país, me hizo recordar otra «metida de patas» – una que le dio vuelta al mundo – de otra institución al servicio público. Allá por 2017, diciembre 5, Infobae titulaba:

«Recomendaciones para evitar que las mujeres sean violadas»: el polémico boletín del Poder Judicial de Costa Rica». «El documento, que apareció en la página del OIJ, llevaba como título «Recomendaciones para evitar que las mujeres sean violadas» , y en uno de sus puntos advertía «No vestir prendas demasiado sugestivas o provocativas». Efectivamente, es de caer en cruz…

Sí, debo confesar que muchos al leer semejante «recomendación», simplemente nos quedamos sin aliento y algo más, debido al fuerte sentón. Pero, también, si hay algo que el curtido investigador judicial bien aprende a lo largo de su muy difícil gestión, es «no poner la cabeza para que le den»; en la Policía Judicial, hacerlo, es o puede llegar a ser, más que un «suicidio laboral».

Y con esto termino, ¡Que fácil se le hace a algunos funcionarios públicos, poner la cabeza…! ¿Qué será lo que presumen, acaso impunidad…? Si se desconoce el cómo hacer cumplir una regulación de vestimenta, mejor obviar dicha regulación y así, evitar hacer un «papelón».

¡MEP, a trabajar, corregir y mejorar!