Por Alexander Aguilar Soto

Director de Humano Inteligencia Empresarial S.A.
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  • Conviene que el ser humano aprenda a valorar cuando es mejor no hacer, para dejar que las cosas vuelvan a su estado natural por sí mismas

Estamos sumergidos en tiempos frenéticos, en momentos de la humanidad donde la acción y el hacer parecieran convertirse en el único camino posible que podemos tomar. No existe tiempo de respiro, vivimos en un convulso camino que nos lleva de un sitio a otro sin descanso, desbocados de una acción a otra para tratar de hacer realidad todo lo que deseamos.

Sin embargo, no todo está perdido si nos apegamos al Wu Wei, un concepto filosófico chino asociado al taoísmo, que podría caer de maravilla para recuperar o potenciar la salud mental, tan maltrecha y venida a menos para muchas personas en estos tiempos.

Wu significa “no”, “negativo”, “ninguno” y Wei hace referencia a “acción”, “hacer”, “lucha”, “esfuerzo”. De ahí que la traducción Wu Wei es “no acción”.

No obstante, no se trata de la “no acción” que alimente y haga crecer la pasividad o la pereza, sino más bien a la pausa para no actuar, para no hacer, para callar y así dejar que las cosas vuelvan a su estado natural normal por sí solas, sin forzarlas, sin querer llevarlas a mi antojo por el camino que más me conviene y favorece.

En un mundo lleno de acciones irracionales y sin sentido el Wu Wei puede ser la diferente entre perder o salvar una relación, o bien no dejar escapar, por impulso y reacción inconsciente de nuestro ego, la salud mental que en tantas circunstancias de la vida se nos aleja, por querer manejar nuestras relaciones y nuestra existencia como si se tratara de tener un control remoto para apretar los botones adecuados y así convertir en realidad todos nuestros anhelos, deseos y objetivos.

Frente a una discusión acalorada y donde las fuertes emociones toman el mando, Wu Wei; frente a una imprudencia sin consecuencias de un conductor irresponsable, Wu Wei; frente a un momento de ira en el trabajo, Wu Wei; frente a una acción externa que nos llena de enojo, Wu Wei; frente a una peligrosa tentación, Wu Wei.

Se trata aquí de saber en modo consciente cuando es el momento adecuado para no actuar, para no hablar, para no tomar acción. Cuando conviene entrar en modo pausa, callar, no hacer y emprender la retirada de la escena hasta que mi estado de ánimo y emociones me permitan retomar el tema de forma equilibrada y con las acciones y palabras adecuadas.

Este arte de saber dominar la dualidad entre hacer y no hacer, entre hablar y callar, puede marcar el camino para que usted se convierta en un ser humano más inteligente emocionalmente, que dé paso a un liderazgo personal de nivel superior.

De ahí que la sabiduría de todos los tiempos también nos sugiera no hacer: No prometa cuando esté feliz. No responda cuando esté enojado. No decida cuando esté triste.

Este no es un tema espiritual ni religioso. Sin embargo, El Libro del Eclesiastés (también conocido como el Libro del Predicador) del Antiguo Testamento de La Biblia, nos deja un pasaje que bien se acerca a manifestar el propósito esencial del Wu Wei:

“Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo:

un tiempo para nacer, y un tiempo para morir;

un tiempo para plantar, y un tiempo para cosechar;

un tiempo para destruir, y un tiempo para construir;

un tiempo para llorar, y un tiempo para reír;

un tiempo para estar de luto, y un tiempo para saltar de gusto;

un tiempo para esparcir piedras, y un tiempo para recogerlas;

un tiempo para abrazarse, y un tiempo para despedirse;

un tiempo para intentar, y un tiempo para desistir;

un tiempo para guardar, y un tiempo para desechar;

un tiempo para rasgar, y un tiempo para coser;

un tiempo para callar, y un tiempo para hablar;

un tiempo para amar, y un tiempo para odiar;

un tiempo para la guerra, y un tiempo para la paz”.