Minor Araya Salguero

Criminólogo – Exjefe OIJ – Especialista SWAT

El pasado 4 de diciembre, nuestro país recibe a un visitante, a decir verdad, muy importante; el presidente de El Salvador, Nayib Bukele.

Hago énfasis en «importante» por cuanto, debido a su gestión presidencial, personalidad, y enfoque geopolítico, este mandatario ha estado, está y estará «en boca» – para bien o mal – de las personas más poderosas e influyentes del globo.

Como político, ánima no es de mi devoción; no obstante, mezquino sería no resaltar alguno que otro aspecto que podría hacer de mucho comentario en su contra, la más insensata retórica.

Bukele, un presidente que al parecer, se convierte en la peor pesadilla del crimen organizado de su país, El Salvador; un pueblo muy herido y cansado, uno que, según lo reveló recientemente el diario La Prensa Gráfica, «el 87,8% de los salvadoreños aprueba la gestión del presidente, y destacó que la «punta de popularidad» es por el trabajo en materia de seguridad» (2022).

«Según el fiscal general, Rodolfo Delgado, 60.218 supuestos pandilleros habían sido detenidos. Antes de marzo, en las cárceles de El Salvador había 16.000 pandilleros encarcelados» (Telenoticias).

«¡60.218 supuestos pandilleros habían sido detenidos..»!  ¡Que maravilla! al menos para una nación que ha servido, por décadas, de cuna a unas de las bandas criminales mas conocidas por violentas del mundo..

En efecto, no estamos hablando de la banda de los «Teletubbies» ¿o, «Teletubis»..? de Tiquicia, se trata de entre otros grupos, la MS-18 y la MS-13 (Mara Salvatrucha). Que por cierto, se originaron en Los Ángeles (California) y se han expandido a otras regiones de Estados Unidos, Canadá, México y el norte de Centroamérica.


«MS-13 Primer: ‘The Most Dangerous Gang’ In North America» – City News (2008).


¿Pero, será cierto lo que los buenos salvadoreños pregonan y, hasta alardean con respecto a los resultados de sus batallas..?

Primero, echemos una ojeada, como orientación, a lo que predica la Organización Mundial de la Salud (OMS).


«La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que, cuando en un país la tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes es superior a 10, se vive una verdadera epidemia de homicidios.».


Para muestra, un botón: Tasa de homicidios/100 mil habitantes, El Salvador.

2014=68,6

2015=103

2016=81,2

2017=60

2018=51

2019=36

2020=19.7

2021=17,6

Y, Costa Rica qué, ¿cómo anda la cosa..?

2014=9.5

2015=11.4

2016=11.8

2017=12.1

2018=11.7

2019=11

2020=11.2

2021=11.5

Efectivamente, son dos países enfermos de criminalidad. Uno con mejor salud que el otro; a pesar de esto, parece que el que más grave ha estado, persigue – a como de lugar – sanar y el otro, durmiendo en sus antiguos laureles de «Suiza Centroamérica», se siente cómodo en su vertiginoso ascenso.

Por lo visto, el gobierno de Nayib, tiene mucha prisa por devolver lo que por muchos años, los más perversos criminales le han arrebatado al buen cuscatleco.

En 2022, se desconoce la cifra de homicidios; sin embargo, en septiembre según EFE, «El Salvador – que se encuentra en estado de excepción como medida para combatir a las pandillas – reporta 204 días sin homicidios«.

¡204 días sin homicidios dolosos, en uno de los países más violentos del mundo, no es cosa menuda..! ¿O me equivoco..?

Al parecer, el señor Bukele, en materia de criminalidad, ha hecho lo que Costa Rica, mi país, ha sido, es y posiblemente será incapaz de hacer: Arrebatar las calles al cobarde criminal y devolver estas a su legítimo dueño, el pueblo y con esto, un mejor presente y futuro al buen ciudadano.

¡Lástima..! No aprovechamos la experiencia del salvador de El Salvador, en materia de criminalidad ¿Por qué razón..? ¿Acaso hipocresía..? ¿Acaso, alineamiento..? O quizá ¿por abundancia de soberbia..? Porque, por vergüenza no creo…

Lo curioso, es que en la agenda, en materia de lucha contra el crimen, históricamente hemos solicitado consejo y asistencia a otros países cuyas prácticas anticrimen, se ha de afirmar, han sido seriamente cuestionadas por gloriosos organismos internacionales, como la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Los Derechos Humanos, claro, me imagino que el concepto, por uno que otro lector, ha sacado brillo de tanto ser pensado durante esta lectura. Y por eso de pie le aplaudo, porque me imagino que ese incesante pensamiento, se ocupa de hacer valer los Derechos Humanos de las Buenas Personas; del ser humano que se preocupa y ocupa, por no vulnerar los derechos de su prójimo.

¿»Cóóóómo», que este es el país del pobrecito y por eso, nuestros presos tienen derecho a hacer huelga y zafarrancho cuando se les decomisa armas blancas, serpientes venenosas, drones, teléfonos y una amplia variedad de drogas?


«Reos de San Sebastián quemaron colchones porque no les devolvieron sus celulares. Al menos diez reos de la cárcel de San Sebastián, en San José, armaron un berrinche en el que quemaron colchones y causaron daños en la prisión, todo esto luego de una requisa.»La Teja (2020).


Nuestros abuelos bien decían: «Al chancho como lo críen». Así han querido convertir a nuestro Sistema Penitenciario, cuando sus autoridades han llegado a tratar de «mis chiquitos», a quienes matan, violan y trafican. ¡Increíble..!

Sólo vean lo que, en 2016, titulaba el Diario Extra: «Ministra de Justicia desautoriza policías frente a reos. Sindicato critica jerarca por abandono a uniformados.».


«Creemos que la señora Ministra tendrá un buen corazón para decirles a los privados de libertad ‘mis chiquitos’, pero ciertamente esos chiquitos son criminales. A nuestro juicio esa política de ver solo la necesidad de reos y no atender a los funcionarios públicos desmotiva al policía”  – Sindicato de la Policía Penitenciaria (2016)


Claro – casi lo olvido – nuestras nada ingenuas abuelitas tenían otro dicho: «Solo el caballo sabe que tanto le chima la gurupera» así que, solo los hermanos salvadoreños saben que tanto dolor a ellos, las pandillas les han infringido a lo largo de décadas de libertinaje y corrupción pública.  Si hay quien critique sus métodos, que sean ellos…

«Laura Chinchilla crítica a Bukele por incentivar el «abuso policial» en El Salvador. La expresidenta de la República, Laura Chinchilla, crítica al salvadoreño Nayib Bukele por incentivar el «abuso policial» en las diferentes cárceles de El Salvador en la guerra contra las pandillas, la cuál tiene ya varios meses llevándose.» (AMPrensa).

Y, mientras tanto… una costarricense más es cobarde e impunemente asaltada en las calles, según parece, de La Vieja Metrópoli, esto, al son de los medios de comunicación internacionales como Deutsche Welle (DW) que titulan: «Homicidios en Costa Rica alcanzan cifras récord en 2022».

Como que en Costa Rica, el «Pura Vida«, al igual que aquello de «Suiza Centroamérica» tiende al desvanecimiento progresivo y por dicha, algunos expertos en el tema hoy se reúnen y lo discuten.

Así es, exjerarcas de Seguridad y OIJ coinciden en necesidad de recursos para enfrentar criminalidad: «Mediante un documento, le solicitaron al presidente de la Asamblea Legislativa y a los jefes de fracción un encuentro para analizar propuestas que permitan bajar los altos índices de criminalidad.» (Telenoticias).

La reunión de gabardinas no es mala, incluso es necesaria y prudente en este pavoroso momento. No obstante sí, con más repartición de cafeína, valentía, transparencia, franqueza y objetividad; lo contrario, es otra pérdida de tiempo y veneración a la pusilanimidad, cobardía y no podría faltar, la mojigatería.

Debemos reconocer y aplaudir la iniciativa y esperar que rinda buenos frutos.

Dedicado, con mucho respeto y admiración, a nuestra valiente Policía Penitenciaria. ¡Están haciendo un magnífico trabajo por su país!