Redacción-Actualmente existen al menos 559 especies de aves de América Latina y el Caribe en peligro de extinción, y desde 1970, América del Norte ha perdido 3.000 millones de aves.
Ante esta situación, lanzan la Iniciativa de la Ruta Migratoria de las Américas para abordar de manera efectiva la crisis de la pérdida de biodiversidad y cambio climático a través de soluciones concretas basadas en la naturaleza y la comunidad.
La iniciativa identificará más de treinta paisajes terrestres y marinos críticos a lo largo de las rutas migratorias de las aves en las Américas para conservación, restauración y gestión por parte de socios locales, comunidades y pueblos indígenas.
Las rutas migratorias de Estados Unidos cubren América del Norte, Central y del Sur y el Caribe, y se extienden por 35 países, desde el Círculo Polar Ártico en el norte hasta Tierra del Fuego en el sur.
Las Américas albergan tres de las ocho principales rutas migratorias de aves en el mundo, lo que hace que esta región sea fundamental para la biodiversidad planetaria y la respuesta al cambio climático. Sin embargo, los lugares de escala e invernada están desapareciendo a un ritmo alarmante a lo largo de estas rutas.
“La alianza representa la mayor inversión jamás realizada en la conservación de aves en América Latina y el Caribe y contribuirá a integrar la región, los países y las comunidades, de sur a norte, y las aves migratorias y sus rutas migratorias. Esta es una de nuestras iniciativas bandera para avanzar en nuestro objetivo de convertirnos en el banco verde de América Latina y el Caribe”, dijo Sergio Díaz-Granados, presidente ejecutivo de CAF -Banco de Desarrollo de América Latina.
¿Por qué los pájaros?
Las aves dicen que la supervivencia depende de una solución hemisférica para mitigar los efectos del cambio climático y abordar la crisis de pérdida de biodiversidad. Son una de las mejores especies indicadoras de la salud de la naturaleza: las disminuciones severas en el número de aves son una advertencia temprana y sombría sobre las amenazas actuales y futuras que enfrentarán la biodiversidad y las personas.
Según el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), limitar el calentamiento a alrededor de 1,5 grados requiere que las emisiones globales de gases de efecto invernadero se reduzcan en un 43% para 2030. Paralelamente, debido a las presiones humanas, un millón de especies pueden estar llegando a la extinción en los próximos años, como ha declarado la ONU.
Esta variedad de especies vivas constituye la red de seguridad que sustenta la vida humana en la tierra, proporciona alimentos, agua limpia, aire, energía y aumenta la resiliencia ante los impactos del cambio climático.
Las aves perdidas no son solo especies migratorias amenazadas o en peligro de extinción, sino aves comunes y endémicas. La pérdida masiva de biodiversidad está a la vuelta de la esquina.
Desde incendios más frecuentes e intensos en California hasta la pérdida de capas de nieve y glaciares en los Andes, sequías severas en Chile y Perú, un aumento en el número e intensidad de huracanes en el Caribe y el crecimiento devastador de sabanas en el Amazonas, comunidades, y las personas ya están experimentando los efectos devastadores del cambio climático y la destrucción de la naturaleza.