Redacción- El ciclón extratropical que avanza por el sur de Brasil desde el lunes ha dejado al menos 22 muertos y miles de evacuados en los estados de Rio Grande do Sul y Santa Catarina, según han informado este martes fuentes oficiales.
Las fuertes rachas de viento y las intensas precipitaciones han causado estragos en alrededor de 60 municipios de Rio Grande do Sul, donde cerca de 4.000 personas han tenido que abandonar sus hogares, según el último boletín de Defensa Civil.
Según Defensa Civil, 15 de los 21 muertos notificados en Rio Grande do Sul ocurrieron en Muçum, donde las lluvias han sumergido bajo el agua a buena parte del municipio y muchos vecinos se han visto obligados a refugiarse en el tejado de sus casas.
La otra víctima mortal se reportó en el vecino estado de Santa Catarina, donde un hombre perdió la vida cuando un árbol se cayó sobre el vehículo en el que viajaba.
Alrededor de 60 municipios de Rio Grande do Sul han sufrido daños como consecuencia de las fuertes rachas de viento y el gran volumen de precipitaciones, que ha aislado comunidades enteras como consecuencia de inundaciones y crecidas de los ríos.
El gobernador regional, Eduardo Leite, señaló que la cifra de fallecidos puede subir en las próximas horas debido a que solo hoy el nivel del agua ha comenzado a bajar, posibilitando la inspección de los servicios de rescate en las zonas más afectadas.
“Cuando el agua baje, veremos los daños” en toda su magnitud, afirmó el gobernador, que también expresó su preocupación por las previsiones meteorológicas, que anticipan más precipitaciones durante el próximo fin de semana.
Asimismo, subrayó que la prioridad ahora es “rescatar” a las familias que se han quedado incomunicadas, para lo cual están involucrados cientos de efectivos de Defensa Civil, el Cuerpo de Bomberos, las Fuerzas Armadas y grupos de voluntarios.
Este es el cuarto ciclón extratropical que golpea Rio Grande do Sul desde junio pasado.
Ese mes, el paso de otro ciclón provocó la muerte de 16 personas y unos 15.000 evacuados. En julio, volvió a repetirse el fenómeno dejando un muerto, una veintena de heridos y alrededor de un millón de personas sin luz. En agosto pasó un tercero sin que se notificaran grandes daños.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, expresó este martes su solidaridad con las familias afectadas y prometió “hacer todo lo posible para ayudar a la población” a superar este momento.