• Técnica es importante para restaurar dónde existieron arrecifes de corales y se degradaron por factores antropogénicos o naturales

Redacción – Con el objetivo de proteger, restaurar y revitalizar los ecosistemas marinos del Golfo de Nicoya, desde junio y durante setiembre, un total de 1.050 fragmentos de coral han sido cultivados en Isla Tortuga.

La iniciativa liderada por la Universidad Estatal a Distancia (UNED) específicamente la sede de Puntarenas y el Núcleo Náutico Pesquero del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), forma parte del proyecto macro, “Viabilidad de la restauración ecológica de los arrecifes coralinos en el Golfo de Nicoya, mediante la técnica de jardinería de arrecifes corales durante el periodo 2024”.

Esta iniciativa colaborativa denominada “jardinería de arrecifes coral”, tiene como propósito desarrollar la restauración de arrecifes coralinos, que busca generar beneficios significativos para el ambiente, el turismo y el dinamismo comercial de las poblaciones costeras.

La metodología de jardinería de corales, basada en investigaciones científicas recientes, incluye el uso de estructuras especialmente diseñadas para maximizar el crecimiento y la supervivencia de los corales trasplantados.

Entre las estructuras utilizadas en las guarderías (jardinería) de corales son: tipo araña, tendedero y árbol. Las cuales son ensamblados en el fondo marino mediante anclajes, quedando suspendidas en la columna de agua a unos 5m/20 pies de la superficie del agua.

El Investigador del Núcleo Náutico Pesquero del INA y especialista en jardinería de arrecifes de coral, Rodolfo Vargas Ugalde, señaló que esta técnica es importante para que los fragmentos puedan crecer de forma acelerada, más resilientes y alcancen una madurez en tan solo un año, ya que en estado natural sólo crecen 2,5 cm.

Acotó que esta técnica es además importante para restaurar dónde existieron arrecifes de corales y se degradaron por factores antropogénicos o naturales.

En la actualidad, el volumen aproximado de coral sembrado en Isla Tortuga es de 9,745.51 cm³, una cifra positiva que apunta a recuperar significativamente la población de corales y peces en la zona. “Este esfuerzo no solo beneficia a la biodiversidad marina, sino que también tiene el potencial de transformar a Isla Tortuga y sus alrededores mediante un modelo de turismo sostenible”, externó Vargas Ugalde.

Los arrecifes de coral son esenciales para la biodiversidad marina y la protección costera. En Costa Rica, el 77% de estos ecosistemas enfrenta amenazas graves, principalmente debido a la actividad humana.

La sedimentación, la contaminación y la sobreexplotación de recursos son algunas de las principales causas de la degradación de los arrecifes coralinos en el Golfo de Nicoya. Ante este panorama, la restauración de los arrecifes en Isla Tortuga es un paso crucial para mitigar estos impactos y asegurar la salud de los ecosistemas marinos para las futuras generaciones.

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