Redacción – En una acción decisiva para proteger la salud pública, la Policía de Fronteras evitó que un cargamento de aproximadamente dos mil medicamentos contrabandeados pusiera en riesgo a los consumidores costarricenses. Los decomisos se realizaron durante patrullajes en los cantones fronterizos de La Cruz y Los Chiles, donde los agentes interceptaron a ciudadanos nicaragüenses en condición migratoria irregular, quienes intentaban ingresar los productos de manera ilegal.

Entre los fármacos confiscados, destacaba una gran cantidad de antibióticos, medicamentos que requieren prescripción médica para su venta. Estos productos no contaban con el registro sanitario necesario para su comercialización en Costa Rica, lo que incrementaba el riesgo para los potenciales consumidores. En algunos casos, las autoridades sospechan que podrían haber sido productos adulterados, lo cual representa una amenaza significativa para la salud.

Los medicamentos eran transportados de manera insalubre, sin cumplir con las normativas sanitarias y tributarias vigentes. Por este motivo, fueron puestos a disposición del Ministerio de Salud, que procederá con su destrucción, al no existir garantía de que el etiquetado correspondiera al contenido ni de que los productos hubieran sido manejados bajo condiciones adecuadas.

La operación resalta el papel clave de la Policía de Fronteras no solo en la defensa de la soberanía nacional, sino también en la salvaguarda de la salud pública, interceptando productos que podrían representar serios riesgos para la población. Además, los extranjeros involucrados en el contrabando fueron entregados a la Policía de Migración para su deportación a Nicaragua.

Este tipo de acciones son fundamentales para prevenir el ingreso de productos ilegales al país, protegiendo tanto la salud de los ciudadanos como el cumplimiento de las normativas nacionales.