Redacción – El abuso de la velocidad sigue siendo un flagelo en las carreteras, cobrando la vida de 118 personas en lo que va del año, representando el 34% de las 353 muertes en accidentes de tránsito.

Según datos proporcionados por la Policía de Tránsito, hasta el mes de septiembre se sancionó a 2.681 conductores por exceder los límites de velocidad, una cifra que refleja la magnitud del problema.

De esos conductores sancionados, 198 viajaban a más de 120 km/h, lo que representa aproximadamente 7 de cada 100. Este tipo de infracción acarrea una multa de ¢364.000 y la acumulación de 6 puntos en la licencia. A pesar de las fuertes sanciones, la cifra de personas que arriesgan sus vidas y las de los demás por este tipo de imprudencias es alarmante.

La mayoría de los conductores sancionados, 1.087, fueron multados por ir 20 kilómetros por encima del límite permitido, lo que conlleva una multa de ¢61.000. Otro grupo de 584 conductores fue sancionado con ¢246.000 y 4 puntos en la licencia por superar en al menos 40 km/h el límite permitido. Adicionalmente, 806 conductores fueron multados con ¢123.000 por superar en 30 km/h los límites.

Además, 6 infracciones se aplicaron en zonas escolares, donde los conductores no respetaron el límite de 25 km/h, poniendo en riesgo la vida de los estudiantes. Estas violaciones a las normas de tránsito tienen una multa de ¢123.000.

El director de la Policía de Tránsito, Oswaldo Miranda Víquez, destacó que el exceso de velocidad sigue siendo la principal causa de fallecimientos en las carreteras del país. Este comportamiento peligroso ha sido la principal causa de muertes en 2022 y 2023, y en lo que va del 2024 ha superado en 17 decesos a la invasión de carril, la segunda causa más común de accidentes fatales.

Miranda también hizo un llamado a la conciencia ciudadana: “Debemos comprender que la velocidad mata, y es más probable cuando hay poca visibilidad o cuando las carreteras están mojadas, como ocurre frecuentemente en este mes de octubre. El costo de ganar unos segundos con maniobras imprudentes es demasiado alto, ya que puede ser la vida propia o la de personas inocentes”.

El abuso de la velocidad no solo genera sanciones económicas y pérdida de puntos en la licencia, sino que tiene un impacto devastador en la seguridad vial. Los datos proporcionados por la Policía de Tránsito subrayan la necesidad de mayores controles y una cultura de manejo más responsable. La imprudencia de muchos conductores sigue cobrando vidas y, mientras no se tomen medidas más drásticas o haya una mayor conciencia sobre las consecuencias, las muertes en carretera seguirán siendo una trágica realidad.

El llamado de las autoridades es claro: respetar los límites de velocidad no solo es una obligación legal, sino una responsabilidad social que puede salvar vidas.

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