• Hasta octubre, se registraron 41 atenciones por casos de violencia sexual en niños de entre 1 y 9 años.

Redacción-

El Hospital de San Carlos advierte un aumento en los casos de abuso sexual infantil que reciben atención en el centro médico.

El doctor Edgar Carrillo Rojas, director médico del Hospital San Carlos, expresó su preocupación por el aumento de casos que afectan a niños y adolescentes. «En los últimos tres meses hemos atendido a 110 personas víctimas de abuso sexual, de las cuales 41 son niños entre 1 y 9 años», señaló.

Ante esta situación, el director médico hizo un llamado a la prevención, destacando la importancia de identificar señales de alerta de abuso sexual tanto en el entorno familiar como en el barrio, los centros educativos y los espacios de recreación.

Lisseth Quesada, trabajadora social del Hospital San Carlos, instó a padres, cuidadores y docentes a estar atentos a los siguientes cambios o señales.

  • Regresión en el desarrollo: Algunos niños pueden volver a conductas previas, como mojar la cama, chuparse el dedo o temer a la oscuridad. Estas regresiones suelen ser una forma de manifestar angustia y pueden indicar un retroceso en su desarrollo emocional.
  • Comportamientos autolesivos: Cortarse, golpearse o realizar otras conductas autodestructivas son señales de abuso, especialmente en adolescentes que buscan expresar o aliviar su dolor emocional.
  • Desinterés por la higiene personal: La víctima puede mostrar desinterés por su higiene y apariencia, como una forma de evitar atención o expresar una autoimagen deteriorada.
  • Hiperalerta y sobresaltos frecuentes: Los niños y adolescentes pueden estar constantemente alertas, sobresaltándose ante ruidos fuertes o movimientos inesperados, como respuesta al trauma.
  • Apego o rechazo hacia adultos: Pueden mostrar un apego excesivo o, por el contrario, evitar la cercanía de ciertos adultos.
  • Cambios en el comportamiento: Es común que surjan conductas nuevas como aislamiento, llanto frecuente o aumento de agresividad, a menudo como un llamado indirecto de ayuda.
  • Dificultades escolares: Se puede observar una baja en el rendimiento académico, problemas para concentrarse o desinterés por actividades previas, reflejo del malestar interno de los menores.
  • Inquietud y conductas sexualizadas inusuales: Un aumento en la inquietud y comportamientos sexualizados inapropiados para su edad, como el uso de lenguaje explícito o conductas sexuales hacia otros, pueden ser señales de abuso sexual. Estas conductas reflejan confusión sobre los límites apropiados debido al trauma.
  • Sentimientos de culpa y vergüenza: Muchos niños y adolescentes víctimas de abuso sexual experimentan una autopercepción negativa, con fuertes sentimientos de vergüenza y culpa, lo que puede llevarlos a aislarse y evitar hablar de sus experiencias.
  • Baja autoestima y desvalorización: Las víctimas pueden desarrollar baja autoestima, viéndose a sí mismos como “dañados” o “rotos”, lo que impacta negativamente en su imagen personal y en sus relaciones sociales.

Además de los cambios personales y en la interacción social, pueden presentarse lesiones genitales o perianales, infecciones o secreciones inusuales, dolor al orinar o defecar, dificultades para dormir, pérdida de peso o apetito, y dolores psicosomáticos, como dolores de cabeza, estómago o articulaciones, sin causa médica aparente.