VÍA VOZ DE AMÉRICA

  • Llamas de color naranja intenso iluminaban el cielo en Pacific Palisades,  donde los bomberos arrastraban mangueras para apagar un incendio en la maleza seca

Redacción – Un devastador incendio forestal en el sur de California ha destruido decenas de viviendas y obligado a evacuar a unas 30.000 personas, principalmente en la región de Los Ángeles.

Alimentado por ráfagas de viento de 145 kilómetros por hora, el fuego se ha propagado rápidamente, afectando comunidades enteras y poniendo en riesgo vidas e infraestructura.

El incendio, conocido como Palisades, comenzó el martes por la mañana y para la tarde ya había consumido cerca de 1.214 hectáreas, generando un caos generalizado.

Residentes de Malibú y otras zonas cercanas recibieron órdenes de evacuación inmediata, mientras los bomberos luchaban por contener las llamas en condiciones extremadamente peligrosas.

“Esta es una tormenta de viento altamente peligrosa que está creando un riesgo extremo de incendio, y no estamos fuera de peligro”, declaró el gobernador de California, Gavin Newsom.

Las autoridades han descrito la situación como crítica, y los recursos de emergencia han sido movilizados al máximo.

Las consecuencias del fuego han sido devastadoras. Además de las decenas de casas destruidas, más de 17.000 personas quedaron sin electricidad en el condado de Los Ángeles, y las llamas han obligado a desalojar a centros para personas mayores, donde residentes en sillas de ruedas y camas de hospital fueron trasladados apresuradamente a lugares seguros.

Expertos climáticos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) advierten que estas condiciones extremas están aumentando la frecuencia y la intensidad de los incendios forestales. El profesor Alex Hall explicó en un comunicado enviado a la Voz de América que «el sur de California ha experimentado un verano excepcionalmente caluroso, con casi ninguna precipitación durante la temporada húmeda, lo que ha dejado a la vegetación seca lista para arder».

Hall también alertó sobre la rapidez con la que estas condiciones pueden transformar una chispa en un incendio forestal masivo. «Estos vientos intensos pueden propagar incendios a una velocidad alarmante, una dinámica que se agrava con las temperaturas más cálidas causadas por el cambio climático», agregó.

De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional, se espera una tormenta de viento «potencialmente mortal» y «destructiva» el miércoles por la mañana en gran parte de los condados de Ventura y Los Ángeles, incluso en áreas que normalmente no sufren de este fenómeno climático.

En este sentido, el científico climático Daniel Swain señaló en ese mismo comunicado que este evento es diferente de los típicos vientos de Santa Ana, ya que afecta no solo a las áreas montañosas, sino también a valles, zonas urbanas e incluso el centro de Los Ángeles. “Estos vientos podrían alcanzar entre 80 y 145 kilómetros por hora, aumentando el riesgo de incendios y daños materiales”, indicó.

Ante el panorama, las autoridades han cerrado carreteras estratégicas para minimizar riesgos, mientras que los expertos alertan que la situación podría empeorar a medida que continúen los vientos y la vegetación siga secándose, prolongando el periodo de “peligro extremo”.

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