Si alguna vez te has sorprendido con el monto de tu factura de luz, es posible que el culpable esté en tu propia casa. Los electrodomésticos que usamos a diario pueden representar hasta un 60 % del consumo energético en el hogar, pero ¿sabes cuál es el que más electricidad gasta?
El electrodoméstico que más energía consume en un hogar promedio es el refrigerador. A diferencia de otros aparatos, que se usan por períodos cortos, el refri está encendido las 24 horas del día, los 7 días de la semana, manteniendo alimentos y bebidas a temperaturas seguras. Dependiendo de su eficiencia y antigüedad, puede representar entre 30 % y 40 % del total de la factura eléctrica.
Si tienes un modelo antiguo, el gasto puede ser aún mayor. Un refrigerador con más de 10 años de uso puede consumir hasta el doble de energía que uno nuevo con tecnología de eficiencia energética.
Otros electrodomésticos con alto consumo eléctrico
Después del refrigerador, estos son los electrodomésticos que más energía demandan en los hogares:
- Lavadora y secadora: Usarlas frecuentemente puede disparar el consumo, especialmente si la secadora es eléctrica.
- Horno eléctrico y cocina de inducción: Si bien no están encendidos todo el día, al usarse a altas temperaturas pueden generar un gasto significativo.
- Televisores y computadoras: Si permanecen encendidos o en modo de espera por largas horas, suman un consumo considerable a lo largo del mes.
¿Cómo reducir el consumo?
- Opta por electrodomésticos con etiqueta de eficiencia energética. Los modelos A+++ pueden ahorrar hasta un 40 % en comparación con modelos más antiguos.
- Regula la temperatura del refrigerador. Mantenerlo entre 3 y 5°C y el congelador en -18°C evita un gasto excesivo.
- Desconecta los aparatos que no estés usando. Muchos siguen consumiendo energía aunque estén apagados.
- Usa la lavadora con cargas completas. Evitar ciclos innecesarios reduce el gasto eléctrico y el consumo de agua.
Si quieres reducir tu factura de electricidad, empieza por revisar estos electrodomésticos. Pequeños cambios pueden marcar una gran diferencia en el consumo de energía y en el bolsillo.
