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Redacción. Después de años de lucha y constantes pérdidas por eventos climáticos extremos, 30 familias de la comunidad indígena de Rey Curré, en Buenos Aires de Puntarenas, finalmente cuentan con viviendas seguras y dignas.

Este logro fue posible gracias al Programa de Emergencia para la Reconstrucción Integral y Resiliente de Infraestructura (PROERI), financiado por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).

Laura Borbón, una de las líderes comunales, fue clave en este proceso.

La comunidad sufrió en múltiples ocasiones el embate del clima, lo que los llevó a perder sus pertenencias y poner en riesgo sus vidas. Sin embargo, con el respaldo del financiamiento del BCIE y la priorización del proyecto por parte del Gobierno, la esperanza se convirtió en realidad.

“Yo ahora digo: ‘Gracias, mi Dios, porque tenemos un techo y nunca se nos va a meter el agua’. Les agradecemos a las instituciones que nos dan esta bendición de contar con un hogar para las familias que mucho lo necesitamos”, expresó emocionada Reina Mavisca, una de las beneficiadas, desde su nueva vivienda equipada con dos habitaciones, cocina, sala y una terraza.

El impacto de este proyecto va más allá de Rey Curré. PROERI también está construyendo 310 viviendas en otras comunidades vulnerables de Costa Rica, como Alajuelita, Aserrí y Desamparados en San José, Golfito en Puntarenas y Tortuguero en Limón.

La inversión supera los $12 millones, como parte de un financiamiento de $700 millones otorgado por el BCIE, que también busca mejorar la resiliencia del país a través de nuevas infraestructuras como puentes, carreteras, vías férreas y centros educativos.

Para estas 30 familias, el sueño de un hogar seguro ya es una realidad, un testimonio de que la perseverancia y el trabajo conjunto pueden cambiar vidas.

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