- Su historia unió a todo un país en amor, fe y solidaridad. Hoy su familia y cientos de corazones lloran su partida
Zoe Gómez Salazar, la pequeña guerrera de tan solo un año, falleció tras una intensa lucha por su vida en un hospital de Barcelona, España, a donde viajó desde Costa Rica para someterse a una serie de cirugías a corazón abierto que le darían una nueva oportunidad.
Su mamá, Gabriela Salazar, compartió el doloroso momento con palabras llenas de amor y desconsuelo que han tocado el corazón de todos quienes siguieron su historia:
“Nuestra princesita decidió abrir sus alitas y se convirtió en un angelito más que nos cuidará desde el cielo. Les pido a todos orar por nosotros que quedamos aquí… ¿Qué haré sin mi princesita? Mis brazos están vacíos.”
Zoe nació con una compleja condición cardíaca y, tras ser desahuciada en el Hospital Nacional de Niños por falta de equipo especializado, su familia impulsó una campaña que logró recaudar más de 30 millones de colones. Gracias a esa ola de solidaridad, Zoe viajó en noviembre a España, donde fue sometida a cuatro cirugías a corazón abierto.
Durante meses, luchó con una fuerza admirable que le ganó el cariño y la admiración de todo un país.
En las últimas semanas, su recuperación había dado señales de esperanza. Incluso, sus padres solicitaron ayuda para adquirir un equipo médico especial que permitiera su regreso a Costa Rica, ya que los médicos preparaban su salida del hospital.
Los costarricenses, una vez más, respondieron con generosidad. Sin embargo, la vida de Zoe se apagó de manera inesperada y profundamente dolorosa.
La fundación COR ALL Family, que acompañó a la familia durante todo el proceso, también se despidió de la pequeña con un mensaje lleno de cariño y fe:
“No podemos negarles que como Fundación, como amigos y familia que nos une un mismo sentimiento, hoy estamos tristes. Tristes porque nuestra princesa nos deja físicamente. Pero también sabemos que nuestra bebé Zoe es un ángel de luz en la vida de todos nosotros. Zoe, princesa de ejemplo y fortaleza, eres una guerrera, mi amor bella. Ya no hay dolor… vuela alto, mi niña hermosa.”
Zoe fue mucho más que una paciente. Fue símbolo de fe, fortaleza y unidad para cientos de familias. En su corta vida, dejó una huella imborrable en quienes la conocieron, la siguieron y oraron por ella.
Hoy, Costa Rica despide a esta bebé guerrera con el corazón apretado, pero con la certeza de que su historia seguirá siendo luz para quienes creen en los milagros, en la esperanza y en el poder del amor colectivo.