Redacción– Durante una semana, Erwing Guido Toruño se convirtió en el hombre más buscado en el país. La policía lo buscaba por su aparente vínculo con 12 homicidios ocurridos recientemente en San José.
Desde entonces, la vida de este narcotraficante -de origen nicaragüense- cambió por completo. A sus 28 años, la sangrienta lucha por convertirse en el más poderoso de la capital lo llevó a enfrentarse con bandas rivales que el mismo ordenó ejecutar.
Sin piedad alguna, hasta decapitó personas. La última vez que se le vio con vida fue la madrugada del miércoles, cuando se enfrentó a balazo con la policía en La Sabana, minutos antes de que encontraran en el carro en que viajaba dos personas asesinadas, una de ellas decapitadas.
Las investigaciones en torno al crimen de El Gringo, señalan que fue traicionado por uno de sus hombres y delató a una banda rival su ubicación. Así fue como lo encontraron antes que la policía.
A eso de las 4 de la tarde, por el sector de Pavas, los delincuentes encontraron a El Gringo oculto en una casa que usaba como guarida. De ahí se lo llevaron secuestrado para otro sitio que el OIJ espera determinar.
En ese punto fue torturado durante varias horas y por la noche fue ejecutado. Su cuerpo apareció completamente ensangrentado, con múltiples cortaduras de arma blanca, en Bajo Los Ledesma, en La Uruca.
Así terminó la vida del hombre más buscado y más temido por mucho. De la misma forma en que ejecutó rivales, acabaron con él… «El que a hierro mata a hierro muere…»