Redacción. Mario Sánchez es un farmaceútico costarricense que se preocupó por llevar equipo médico de protección en medio de esta pandemia a todo el país y ahora, debido a la mayor demanda sus productos se están vendiendo a toda Centroamérica.
Su aprendizaje y la intención de salvar vidas en medio de la pandemia del Covid-19, hizo que Sánchez buscara un aliado: El Banco de Transferencia Tecnológica de las Naciones Unidas.
Sánchez tenía experiencia en la fabricación, logística y desabasto de medicamentos y pensó que sería una transacción simple conseguir insumos médicos de calidad para realizar a inicios de febrero.
La tarea se tornó difícil y emprendió un viaje por Estados Unidos, Polonia, Alemania y los Países Bajos en busca de insumos.
Pocos días antes de que cerraran las fronteras (marzo), el farmacéutico volvió a Costa Rica con las manos vacías y ya se requerían equipos de protección personal (EPP) que se necesitaban para combatir la pandemia.
El farmacéutico se dio cuenta de que existía la tecnología: Tech Access Partnership, que actúa como un mediador entre los fabricantes locales, emprendedores y otros buscadores de tecnología en países en desarrollo e innovadores globales, universidades y otros que ponen a disposición su propiedad intelectual para servir al bien común.
En septiembre, recibió el Permiso Sanitario de Funcionamiento del gobierno de Costa Rica que le permitían fabricar N95 grado médico.
Estos prototipos viajaron de Sixaola a Turquía, fueron probados en la Universidad Técnica de Estambul y se encontró que tienen una capacidad de filtración de partículas de hasta 0.3 micrones de 98.12%, equivalente a FFP3 del estándar europeo.
Lo cierto es que, en muchos aspectos, Sánchez era la persona idónea para acometer este desafío: es propietario de una empresa farmacéutica: MSG Pharma SRL e incluso su proyecto de graduación de fin de máster en gerencia de proyectos versó sobre el desabasto de medicamentos y material biomédicos.
Si bien las mascarillas reutilizables constituyen una opción ante el desabasto para el público, las mascarillas y respiradores de uso médico son fundamentales para proteger al personal médico.
Al menos 7.000 trabajadores sanitarios en todo el mundo fallecieron a causa de la Covid-19.
Las cabinas de sus padres estaban vacíasproducto del Covid-19 y aprovechando la oportunidad y poniendo en práctica su experiencia en la industria nacional, es así comotransforma en una planta de fabricación y hace las reparaciones necesarias e instala sistemas de aire acondicionado deshumidificación y realiza las primeras máscaras de poliéster a mediados de marzo.
Conforme la pandemia cobra fuerza, los profesionales de salud empiezan a enfrentar más problemas de abastecimiento, de equipo de protección personal y Sánchez inicia la fabricación de mascarillas y respiradores para la seguridad y la autosuficiencia de Centroamérica y el Caribe.
En apenas unos meses, este costarricense diseñó y fabricó un tipo de respiradorN95 apto para fines médicos que obtuvo la aprobación de la normativa en Costa Rica y produjo varios prototipos.
En cuanto aumente el ritmo de producción, suministrará mascarillas a todo el país, así como al resto de la región de América Central y el Caribe, hogar de casi 90 millones de personas.
“Estamos en proceso de aprobación de la dirección médica del Hospital Regional Changuinola, Bocas del Toro, en Panamá, el Hospital Tony Facio de Limón y estamos seguros de que colaboraciones de esta índole tienen el potencial de reforzar los sistemas sanitarios de los países, así como sus economías en general”, destacó Sánchez.