- Empresas no cumplen con medidas de salud ocupacional, dicen autoridades
San José – Juan Carlos Baca, un joven estudiante de 20 años, trabajaba en un restaurante de comida rápida y en una tarde de junio del año anterior, sufrió un accidente laboral que pudo dejarlo con heridas permanentes.
Según cuenta el joven, normalmente le correspondía lavar una máquina para freír pollo; sin embargo, esa tarde la situación se complicó, cuando tratando de lavarla con agua y químicos explotó.
La explosión le provocó una quemadura de primer grado en los dos muslos y en sus genitales.
«La máquina había que lavarla encendida y estaba a alrededor de 345 grados. Yo la estaba lavando con agua y químicos y de un pronto explotó, yo luego desperté y me estaban curando. Por dicha no era con aceite», expresó Baca.
El joven es parte de los 114 mil trabajadores que sufrieron un accidente laboral en 2015, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Seguros (INS).
Aproximadamente hubo 314 incidentes por día, lo cual preocupa a las autoridades. Hernán Solano, director ejecutivo del Consejo de Salud Ocupacional (CSO), señaló que efectivamente esa cifra podría representar una ausencia importante de medidas de seguridad en los diferentes trabajos.
Solano afirmó que la mayoría de empresas para empezar no tienen ni siquiera un agente de salud ocupacional que establezca normativas que eviten esos accidentes.
«Es un tema que nos preocupa porque en principio no deberíamos de tener una accidentabilidad tan alta. Las normas indican que las empresas deben tener expertos en salud ocupacional, pero la mayoría no lo están haciendo», dijo Solano.
Actualmente el Consejo de Salud Ocupacional elabora un estudio para determinar las condiciones de accidentes laborales en el país, para que con base en ello, se elaboren planes con mayor rigor y así disminuir los índices.
Solo en el 2015, al Instituto Nacional de Seguros le costó un total de 164 mil millones de colones cubrir ese tipo de accidentes. Las lesiones más comunes son por golpes/cortes por objetos o herramientas, sobreesfuerzos y caídas de personas de un mismo nivel.
Afortunadamente, Juan Carlos Baca no tuvo secuelas por las quemaduras que le provocaron la explosión de la máquina, pero sí hubo riesgo de que afectara el sistema reproductor. Luego del accidente, fue atendido por el INS y estuvo incapacitado más de un mes.