San José – Tras el femicidio que se presentó este martes en el sector de La Carpio, donde un hombre es el principal sospechoso del asesinato de su pareja, se dio a conocer que por incapacidad del Poder Judicial el hombre se encontraba en arresto domiciliario.
El beneficio de arresto domiciliario del que gozaba el hombre identificado con los apellidos Falcón Alfaro, lo obtuvo luego de que la defensa de él realizara una gestión en una audiencia pasada.
La apelación a la prisión preventiva por parte del abogado del imputado se da puesto que se conoció que Falcón padece de SIDA.
El abogado del acusado interpuso ante la Sala Constitucional un recurso de hábeas corpus en el cual alegó que padece de SIDA y no contar con el tratamientos en la cárcel, por lo que no podía estar en un centro penitenciario. El recurso de hábeas corpus fue declarado con lugar por parte de la Sala Constitucional.
Ante la resolución de la Sala, Falcón solicitó al Juzgado Penal un cambio de medida cautelar por sus condiciones de salud.
Ante esto en prisión preventiva entre diciembre del 2015 y el 29 de enero del 2016.
¿Por qué este criminal permanecía en libertad?
Junto con otro hombre de apellidos Meza Reyes, Falcón Alfaro fue detenido por ser sospechoso de cometer tres delitos de robo agravado en la Carpio.
Incluso se le dictó de nuvevo prisión preventiva por la la existencia de peligros de fuga y obstaculización, de reiteración y continuidad delictiva.
No obstante, meses después , el Juzgado dispuso que Falcón Alfaro debía recibir atención médica necesaria, en razón de que antes había sufrido un impacto de bala; por ello, se recomendó ubicarlo en otra celda.
Allí, entonces, el condenado interpuso el hábeas corpus, ante la Sala Constitucional. Los magistrados conclyeron que a raíz del padecimiento e caso debía enviarse de nuevo al juzgado para analizar un nuevo cambio en la medida cautelar.
Poder Judicial no sabe qué hacer con el imputado
Ante el fallo de la Sala IV, un médico de la Clínica Forense realizó una valoración médica a Falcón, la cual concluyó que el imputado no podía permanecer privado de libertad en un centro penitenciario por las condiciones de hacinamiento existentes, puesto que eso ponía en peligro su salud, a pesar de que existen otros 98 casos de criminales que padecen de la misma enfermedad y están encerrados.
A raíz de ello, el Juzgado Penal cambió de medida de prisión preventiva a arresto domiciliario, dejando en las calles a Falcón, quién ahora figura como sospechoso de homicidio.