Redacción – Una aterradora escena vivieron los familiares y vecinos de Alejandro Arcos, alcalde Chilpancingo, capital del estado de Guerrero, en el sur del México, luego de que el gobernador fuera decapitado por un grupo criminal.

Arcos, quien tenía tan solo 6 días de haber asumido el cargo en el municipio, fue asesinado y sus cuerpo fue dejado dentro de un vehículo, mientras que su cabeza quedó colocada en el techo del automotor.

Tras asumir el puesto, el entonces gobernador aseguró que su principal compromiso era «garantizar la paz y la seguridad en el municipio» y que esto lo cumpliría «de la mano del Ejército Mexicano»,

Días atrás, su mano derecha, Francisco Tapia, fue también asesinado acribillada a balazos.