Los cines Girona de Barcelona, junto a las salas Embajadores de Madrid y Lys de Valencia, marcaron un hito histórico: la primera exhibición de cine nudista en España.
Una experiencia que dejó claro que para disfrutar del séptimo arte no hacen falta ni trajes, ni zapatos, ni pantalones.
La película seleccionada para este evento especial fue “Tú no eres yo”, un thriller psicológico con tintes navideños, que sirvió como telón de fondo perfecto para una jornada diferente.
Lo único que se tapaba en las salas eran las butacas, gracias a las toallas que los asistentes llevaron consigo, en un gesto de higiene y comodidad.
Decenas de personas aceptaron la invitación de despojarse de sus prendas y vivir una experiencia de cine completamente distinta, en la que lo importante no era cómo lucían, sino cómo conectaban con la historia proyectada en pantalla.
Reacciones divididas y mucha curiosidad
¿Ir al cine desnudo? La curiosa propuesta que encendió Barcelona, Madrid y Valenciaactividad, promovida por colectivos naturistas, generó opiniones encontradas. Mientras unos elogiaron la iniciativa como un acto de libertad y naturalidad, otros la vieron como una provocación innecesaria.
“Es una manera de celebrar el cuerpo humano y dejar de lado los prejuicios”, comentó uno de los asistentes en Barcelona.
Por otro lado, en redes sociales, no faltaron las bromas y comentarios, con algunos usuarios preguntándose si esta sería la nueva moda para los cines.
Naturismo y cine: ¿una combinación que llegó para quedarse?
Aunque el nudismo es una práctica aceptada en ciertos contextos en España, como en playas y espacios específicos, trasladarlo a una sala de cine es un paso transgresor que dejó su huella en la historia cultural del país.
Los organizadores ya consideran expandir esta propuesta a más ciudades y eventos, demostrando que el cine puede ser disfrutado de muchas maneras.
¿Se atrevería usted a disfrutar una película sin ropa? Este evento, entre lo innovador y lo atrevido, dejó claro que el séptimo arte puede vivirse sin etiquetas, ni prejuicios… ni ropa.