San José- Su apellido es su principal carta de presentación. No hace falta más para identificarlo más allá de algunos rasgos físicos que para muchos denotan en mucho la marcada influencia en carácter y genética que le imprimió su padre; después de todo, hijo de tigre, sale manchado, dice la cultura popular.
José María Figures Olsen nació en San José hace 62 años, en La Lucha sin fin, un 24 de diciembre. Ahí creció y vivió sus primeros años en compañía de sus hermanos y sus padres: José Figueres Ferrer y Karen Olsen.
Desde sus primeros años, el contacto con la política lo marcaría. Y no es para menos, pues nació durante el primer gobierno de su padre, luego de que ganará la guerra civil de 1948 y durante el período posterior, trazó las bases de la política actual y del rumbo del país durante la etapa llamada la Junta Fundadora de la Segunda República.
Tras pasar por la primaria pública, la secundaria la efectuaría en dos colegios privados en San José para posteriormente irse a estudiar a la célebre academia de West Point en los Estados Unidos donde se graduó como ingeniero industrial.
De su vida personal, ha sido muy celoso. Estuvo casado con Josette Altmann y se divorciaron a inicios del año 2000. Es padre de dos hijos; José María y Eugenia Figueres Altmann.
Figueres regresa al país y de inmediato se mete de lleno a la política nacional. Si se quiere, su padrino político del momento fue Óscar Arias, quien lo nombra encargado de la modernización del Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer), luego ministro de Comercio Exterior durante el período 1986-1988 para después trasladarlo a la cartera de Agricultura hasta 1990.
Tras cursar una maestría en los Estados Unidos, Figueres regresa al país en 1991 donde decide lanzarse como precandidato del Partido Liberación Nacional (PLN). Tras una extensa y desgastante campaña, se enfrente en unas primarias a la exprimera dama y esposa del expresidente Arias, Margarita Penón, a Rolando Araya y a José Miguel Corrales.
José María triunfa y llegaría a la presidencia de la República en 1994, siendo el presidente más joven, con solo 39 años.
Durante su administración (1994-1998), se dan una serie de polémicas. Ordenó el cierre del Incofer por considerarlo que era ineficiente y que generaba grandes perdidas al país. También se dio el cierre del Banco Anglo Costarricense (BAC).
Además, se firmó el tercer Programa de Ajuste Estructural (PAE) a cambio del financiamiento por parte del Banco Mundial de $80 millones. Este tema produjo una serie de recortes a nivel estatal que provocaron el malestar generalizado.
En su gobierno, Figueres también impulsó el tema de tratados comerciales, la apertura bancaria y abogó por programas para la protección del ambiente.
Una vez que finaliza su gobierno, se dedica a ser consultor internacional. Sin embargo, la polémica estaría por presentarse una vez más. Esta vez, por el cobrar cerca de un millón de dólares por una consultoría realizada a la transnacional francesa Alcatel.
Aunque quisieron vincularlo con algún caso de corrupción, la Fiscalía nunca abrió causa alguna, sin embargo, el exmandatario se «exilió» en Europa y otras latitudes durante 10 años, al cabo de los cuales, regresaría al país para comerse un tamalito y participar activamente de la política partidaria.
Se mantuvo al margen durante el gobierno de la liberacionista Laura Chinchilla, sin embargo, inició un movimiento de fichas interesantes. Lanzó una serie de consultas populares sobre diversos temas, resultó electro presidente del PLN y hace cerca de un año, optó por presentarse nuevamente como precandidato.
A partir de ahí, ha enfrentando nuevamente las sombras de su pasado en medio de acusaciones, se ha enfrascado en un línea de choque frontal con la tendencia del otro precandidato, Antonio Álvarez.
Lo cierto es que después del resultado de este domingo, para Figueres no todo volverá a ser igual. Si la suerte así lo quiere, madruga tempranito en su carrera por llegar a la silla presidencia por segunda vez. Si el liberacionismo -ese agrupado en el partido que su padre fundó- le dice no, tendrá que hacerse a un lado y la dinastía Figueres habrá perdido una nueva oportunidad de llegar a la presidencia.
Después de todo, entre padre e hijo, ambos han gobernado casi 14 años de los últimos 70 del país.