Redacción- A pesar del llamado a huelga convocada por los sindicatos del sector educación, la pequeña Escuela de Cipreses de Oreamuno en Cartago, llegó a su cumpleaños número 100 y fue uno de los pocos centros educativos que no se unió al movimiento.
El 100% del personal continuó dando lecciones normalmente pese al llamado a huelga de las diferentes agrupaciones que se oponen al plan fiscal. Ahora, el cuerpo de docentes se prepara para el cierre del curso lectivo la segunda semana de diciembre.
Este centro educativo se creó en 1918 en un terreno que en aquel entonces costaba tan solo 20 colones. Según registros sobre sus orígenes, ante la necesidad de contar con una escuela, los vecinos del lugar se organizaron para buscar un terreno y construir la escuela.
Fue Juan Brenes, el único carpintero del lugar en aquel entonces, que se encargó de la construcción de la primera aula. Esta era de madera, techo de zinc y piso de tierra y en vez de pupitres individuales, los primeros alumnos compartían largas bancas para recibir lecciones.
Jorge Coto Vega, ex alumno de la institución, contó que los estudiantes cursaban apenas hasta cuarto grado, pues las opciones de aquel entonces eran limitadas.
“El que podía seguir estudiando para concluir la primaria debía ir a Pacayas, Cervantes o San Rafael, donde si daban quinto y sexto”, recordó Brenes.
Brenes dijo, además, que “los niños en ese entonces procedían en su mayoría de hogares muy humildes, casi todos eran descalzos, con la ropa remendada”.
Los estudiantes recibían lecciones de 7 a.m. a 10 a.m, los de primero y segundo, y de 11 a.m. a 2 p.m. los de tercero y cuarto.
Esta mañana, el ministro de Educación Pública, Edgar Mora Altamirano, visitó la Escuela para compartir con los estudiantes, el personal docente y administrativo de este pequeño centro educativo.