Inicio Entretenimiento (Galería) Cinco lugares de la Tierra que parecen de otro planeta

(Galería) Cinco lugares de la Tierra que parecen de otro planeta

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Redacción – La carrera por explorar el espacio cada vez se afianza más en las potencias del mundo.

No obstante, en la Tierra también existen lugares increíbles que pueden parecerse a otros planetas:

LAGO NATRON, EN TANZANIA

Este lago salado es una de las maravillas naturales más impactantes del mundo. Está ubicado en el Gran Valle del Rift, en Tanzania, y su característico color rojizo es el resultado de la proliferación de las algas que allí crecen. De este reservorio, se extraen minerales como el magnesio y el sodio, y sus altas temperaturas hacen que los únicos habitantes de este cuerpo de agua sean los flamencos y algunos peces que se aclimataron a las duras condiciones.

JÖKULSÁRLÓN, PARQUE NACIONAL VATNAJÖKULL, EN ISLANDIA

El lago glaciar Jökulsárlón, con sus increíbles vistas y su playa congelada, es considerado uno de los mayores atractivos del país. Además, el efecto visual es todavía más impactante debido a las arenas negras volcánicas. Tiene una profundidad de 200 metros, y es el segundo más profundo de Islandia. Llegar a este lugar es como transportarse a otro mundo.

GRAN FUENTE PRISMÁTICA, PARQUE NACIONAL YELLOWSTONE, WYOMING, ESTADOS UNIDOS

El Parque Nacional de Yellowstone es el más antiguo del mundo y comprende paisajes alucinantes y una variada fauna. En su gran extensión, de 8.983 kilómetros cuadrados, se incluyen imponentes cañones, grandes lagos, ríos y cadenas montañosas.

EL VALLE DE LA LUNA, EN CHILE

Un viaje al Valle de la Luna es como ir a Marte o a la Luna. Ubicado en el desierto de Atacama, la apariencia de este mágico lugar se logró gracias a años de erosión, que creó un ambiente árido pero realmente impactante. Es uno de los mayores atractivos turísticos de Chile, al que cada año acuden miles de personas, y fue declarado, en 1982, «Santuario de la naturaleza».

CUEVAS DE WAITOMO, EN NUEVA ZELANDA

Aunque parezca increíble, las luces que se ven en estas cuevas tan icónicas de Nueva Zelanda son millones de pequeños gusanos fluorescentes. Este bichito es, en realidad, la larva del insecto Arachnocampa luminosa, que brilla tanto que crea una especie de vía láctea dentro de las grutas. Parece salido de Avatar, pero es una más de las bellezas naturales que parecen inspiradas en un cuento de hadas.

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