Redacción- El estadio Ricardo Saprissa vibró una vez más con la legendaria banda de heavy metal, Iron Maiden.
Pocos grupos saben como hacer vibrar a los ticos, sin embargo, los integrantes de este sexteto cautivaron a los cientos de fanáticos que corearon y disfrutaron por espacio de dos horas de un espectáculo sencillamente monumental.
Puntuales, al ser las 8:05 de la noche, apareció el vocalista Bruce Dickinson y con él la euforia de la fanaticada, que en algunos casos, llevaba semanas haciendo fila para encontrar el mejor espacio dentro del concierto.
La primer canción en encender aún más el animo de los asistentes fue If Eternity Should Fail de su nuevo material discográfico denominado The Book of Souls
Después de eso, Dickinson y algunos de los integrantes como Adrian Smith y Dave Murray lograron esa comunión entre público y artista que nunca se olvida.
Por espacio dos horas, muchos de los asistentes recordaron porque la espera del grupo se hizo eterna.
Ocho años después de su primera visita al país, Iron Maiden cautivó a sus seguidores, cerró un gran espectáculo y recordó nuevamente porque este grupo es uno de los más queridos entre los fanáticos ticos.