Redacción – Más de la mitad de los diputados que forman parte de la comisión que realizará el juicio político contra la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, están acusados por corrupción y sobornos.

Ese juicio político analizará si se destituye o no la mandataria brasileña, quien ha estado envuelta en las últimas semanas en un escándalo de corrupción que ha generado una crisis política en el país sudamericano.

37 de los 65 legisladores  que componen esa comisión enfrentan cargos por corrupción y sobornos.

Uno de ellos es Paulo Maluf, un legislador brasileño, quien está rodeado por escándalos de corrupción, a tal punto que sus votantes a veces lo describen con el lema “Rouba mas faz”, es decir, roba pero trabaja.

Pero, al igual que muchos de los congresistas brasileños manchados por escándalos, Maluf dice que está harto de la corrupción en el país y que por eso apoya el juicio político que podría apartar del cargo a la Presidenta Dilma Rousseff.

“Estoy en contra de todas las negociaciones sospechosas del gobierno”, dijo Maluf, de 84 años y exalcalde de São Paulo, quien enfrenta cargos en Estados Unidos por haber robado más de 11,6 millones de dólares en sobornos.

Los legisladores aprobaron este domingo iniciar el juicio político contra la presidenta. Ahora, deberá ser aprobado por el Senado para iniciarlo.