Redacción- Llegó a considerarse uno de los futbolistas más deseados en Europa. Su salario semanal rondaba los ¢400 millones de colones y era referente en la selección brasileña de futbol. Sin embargo, en 13 años pasó de estar en la orbe mundial a vivir en uno de los precarios más peligrosos de Río de Janeiro.
Su vida cargada de excesos minaron poco a poco su fortuna hasta llevarlo a tener que pagar delincuentes para sobrevivir en uno de los barrios más peligros de esa ciudad brasileña.
Aunque parece que tocó fondo, el brasileño no renuncia a su vida cargada de excesos: fiestas y alcohol. Incluso, este año estuvo a punto de firmar con el Miami United FC de la cuarta división de Estados Unidos; no obstante, no quiso renunciar a sus excesos antes de optar por un compromiso.
Adriano llegó a costar en el mercado de fichajes cerca de 22 millones de euros impulsado por sus triunfos como jugador que incluían dos Copa Italia, dos Scudetto y tres Supercopas.
Además, con su selección ganó Copa América en Perú en 2004 y la Copa Confederaciones 2005, además de llegar a los cuartos de final del Mundial Alemania 2006.
Hoy todos esos éxitos parecen estar condenados al recuerdo, el Emperador como era conocido parece no estar dispuesto a comprometerse con el fútbol.