Redacción – Aferrado a la bandera de Costa Rica sus ojos se iluminan y hasta suelta una que otra lágrima de alegría, son 47 días los que separan a Leonel Solís de cumplir un sueño, estar en los Juegos Paralímpicos de Río 2016.
El ciclista costarricense de 51 años tuvo un año magnífico. Logró una medalla de plata en Sudáfrica, además de estar ubicado en el segundo lugar del ranking mundial de la UCI en la categoría C4; sin embargo, hace cuatro años vivía todo lo contrario.
El proceso clasificatorio hacia Londres 2012 fue complicado para el atleta, finalmente no pudo conseguir el pase, lo que le obligó a replantearse su continuidad en el ciclismo de ruta.
“No puedo decir con palabras lo que siento. Intente hace cuatro años clasificar a los Juegos Olímpicos de Londres y no pude. Por mi cabeza paso de todo, incluso hasta pensé retirarme y hoy me parece increíble estar aquí” comentó el atleta.
Solís ahora solo piensa en su presencia en el evento, algo que también ilusiona a los ticos; sin embargo, considera que cargar con la bandera le añade un grado más de responsabilidad.
«Lo físico y lo mental van de la mano. En la carrera pasa de todo y si no se está concentrando son minutos y segundos que se pierden. Me ha estado ayudando la psicóloga. Es una presión diferente ahora me imagino que llegar a allá va a ser más», aseguró Solís.
El podio en Río ha estado ligeramente presente en los entrenamientos y en la cabeza del ciclista, ya que sus últimos resultados le motivan y llenan de ilusión.
«Nunca me imaginaba llegar a un torneo paralímpico y mucho menos ganar una medalla. Tuve la dicha de hacerlo, ya sé lo que se siente estar ahí en el podio, entonces ¿por qué no soñar con una en Río?» finalizó Solís.
Con su corazón latiendo a tope y la bicicleta esperándole en su hogar para salir a rodar, ahora se prepara para volver a ‘ponerse a punto’ en el campamento final en donde afinará detalles junto a su entrenador, Marco Taylor.