Redacción- Con una ceremonia de Estado solemne, Italia despidió el sábado a las víctimas del terremoto que arrasó tres poblados en la zona central del país que cobró la vida de casi 300 personas.

La ceremonia, estuvo encabezada por el presidente italiano, Serio Mattarella y del primer ministro Matteo Renzi, así como familiares, amigos y parientes de las víctimas.

En el funeral, 35 ataúdes, fueron colocados sobre un tapete azul y cubiertos con una corona de flores con lirios blancos y rosas en una estadio cercano al lugar de los hechos que sirvió como capilla improvisada.

Entre ellos resaltaba uno blanco, el de Giulia, una niña de 9 años, cuyo cuerpo protegió al de su hermana Giorgia, de 5 años, una de las últimas personas extraídas con vida de los escombros en Pescara del Tronto.

Algunas familias decidieron no participar en la misa y enterraron a sus muertos en privado.